Un gran saludo queridos amigos de la comunidad de Hive, SWC y Liketu, Hoy quiero compartir con ustedes una sesión fotográfica especial que capturé luego de completar un entrenamiento de pecho y tríceps en el gimnasio. Esta rutina en particular estuvo acompañada por un gran reto físico, no por el peso ni por la intensidad, sino por cómo me sentía en general. La verdad es que no estaba en mi mejor momento físico, pero aún así decidí mantener la constancia.

Desde hace unos días he estado atravesando por una gripe que me ha tenido un poco decaído. Todo comenzó con un poco de congestión nasal, y después vinieron los dolores de cabeza y esa sensación de fatiga general que se queda contigo durante todo el día. A eso hay que sumarle los cambios de clima repentinos que hemos tenido últimamente por las lluvias, lo que ha aumentado la circulación de virus en el ambiente. A pesar de eso, me armé de valor, me puse mi ropa de entrenamiento y fui al gimnasio con la mentalidad de no rendirme.

Y es que no siempre vamos a estar al 100%. Habrá días en los que nuestra energía no será la misma, en los que la cama nos llama más fuerte que las barras, y en los que el cuerpo simplemente quiere descanso. Pero esos días también cuentan. Son parte del proceso. De nada sirve entrenar sólo cuando se está motivado; la verdadera disciplina se demuestra cuando decides hacerlo aunque no te sientas al máximo.

El entrenamiento como tal fue más moderado que de costumbre. Sentía que no tenía la misma fuerza, pero me enfoqué en realizar bien cada movimiento, en sentir cada repetición y trabajar con el mayor control posible. El enfoque principal fue en pecho y tríceps, e incluí ejercicios como press en banco plano, aperturas, fondos y extensión de tríceps. Justamente probé un nuevo ejercicio llamado “extensión de tríceps katana”, que me pareció excelente. Es un movimiento que no permite hacer trampa; o lo haces con fuerza real del tríceps o simplemente no lo haces. Me gustó mucho porque exige bastante y te lleva al fallo muscular real.

También he estado lidiando con otro factor que ha influido en mi rendimiento: el trabajo. Últimamente he tenido que cumplir turnos más largos y eso ha afectado mis horas de sueño. Me estoy acostando tarde y levantando temprano, y eso ha creado una fatiga acumulada. Pero a pesar del cansancio, estoy intentando crear un hábito más disciplinado, no sólo en el entrenamiento, sino en todo lo que rodea mi estilo de vida.

Sé que esto es parte del proceso, y que con paciencia y perseverancia voy a lograr encontrar un equilibrio entre todas mis responsabilidades y mi pasión por entrenar. Me mantengo firme, porque al final del día, esa sensación de haber entrenado, de haber cumplido conmigo mismo, es lo que más satisfacción me da.

Sin más nada que decir, les agradezco por acompañarme una vez más. ¡Nos vemos en una próxima publicación!