Hoy les comparto una sesión fotográfica realizada en la comodidad de mi habitación, mientras hacía una breve pero efectiva rutina de empuje. A decir verdad, no me sentía con muchas energías para salir, ya que el día estuvo bastante movido y demandante.

Después de llegar del trabajo, me dediqué a avanzar con algunas tareas de la universidad. Luego, aproveché que fue día de pago para salir al centro a hacer algunas diligencias pendientes: compré víveres y artículos necesarios, y también pude finalmente cambiar el vidrio templado de mi teléfono, ya que el anterior estaba muy rayado y me molestaba ver la pantalla en ese estado. Gracias a Dios pude adquirir todo lo esencial, aunque aún me faltan algunas cosas que dejaré para comprar mañana.

En la próxima publicación les contaré más sobre eso.

Volviendo al tema principal, debido al cansancio acumulado por todas esas actividades, preferí no ir al parque y entrenar tranquilamente en casa. A veces, lo importante no es dónde entrenamos, sino mantenernos constantes y fieles a nuestros objetivos, incluso en los días más pesados.

Gracias por acompañarme una vez más. Nos vemos muy pronto en una nueva publicación, con más rutinas, experiencias y motivación. ¡No se lo pierdan!