Es para mí un verdadero placer poder compartir nuevamente con ustedes, mis queridos y apreciados lectores. Después de un tiempo sin escribir, me llena de entusiasmo traerles esta nueva experiencia, muy especial para mí, tanto por lo físico como por lo emocional.

En esta ocasión, quiero contarles sobre una reciente sesión de entrenamiento que realizamos en el parque junto a mis amigos. Fue una jornada muy amena y significativa, llena de risas, esfuerzo y compañerismo. Decidimos trabajar una rutina basada en la plancha con enfoque en el empuje, una modalidad que desafía intensamente el tren superior y el core.

Para mis amigos, esta rutina fue bastante llevadera, ya que ellos han mantenido la constancia en sus entrenamientos y su cuerpo ya está adaptado a este tipo de esfuerzos. En cambio, para mí, representó un verdadero reto. Estuve un buen tiempo sin entrenar, y eso se notó. El cuerpo guarda memoria, sí, pero también exige tiempo para volver al ritmo.

Hoy, mientras les escribo esta publicación, puedo decir con sinceridad que *cada músculo de mi cuerpo me duele. La sensación es intensa, pero lejos de molestarme, me llena de satisfacción. Como bien dice el conocido dicho: *"si no duele, no sirve". Y aunque puede sonar algo extremo, en esta ocasión refleja muy bien mi experiencia: entrené hasta llegar al fallo muscular.

A pesar del dolor, lo que más me queda es la felicidad de haber compartido estos momentos con personas que valoro mucho. Me hacía falta. Estar rodeado de buena energía, de amigos que te motivan y te impulsan a dar lo mejor de ti, es algo que no tiene precio. En medio de las repeticiones y el sudor, me volví a encontrar conmigo mismo, con esa parte de mí que disfruta el esfuerzo físico, que celebra los avances y que encuentra en el entrenamiento una forma de vida.

Sin más que agregar, les agradezco profundamente por estar siempre presentes, por leer, por acompañarme en este camino de crecimiento y superación personal. Nos vemos muy pronto en una próxima publicación, con más vivencias, aprendizajes y, por supuesto, mucho entrenamiento.