Esta noche, bajo la penumbra de un apagón eléctrico, decidí aventurarme en una experiencia diferente. Las luces se desvanecieron, dejándome en la oscuridad, pero en lugar de lamentarme, vi una oportunidad. Las malas condiciones se convirtieron en mi lienzo, y las barras de entrenamiento, mis pinceles.

Imaginen el escenario: sin electricidad, solo la tenue luz de la luna y mi determinación. Opté por trucos estáticos, consciente de que los dinámicos serían una hazaña imposible. Y allí estaba yo, desafiando la gravedad, sintiendo la adrenalina en cada movimiento.

Fue entonces cuando mi compañero, @neomar-oz, tomó una decisión audaz. A pesar de la mala iluminación, capturó una imagen que trascendió lo ordinario. La fotografía adquirió un aspecto único, como si el universo conspirara a nuestro favor. Le pedí que continuara disparando, y así nacieron las imágenes que comparto con ustedes.

En una de ellas, me veo suspendido en el aire, congelado en el tiempo. La oscuridad se convierte en arte, y la lucha se transforma en belleza. Pero no todo fue poesía: intenté una mortal, y mis rodillas aún recuerdan el impacto. A veces, las heridas físicas son el precio que pagamos por la pasión.

Así que aquí están, mis amigos, estas instantáneas de una noche inusual. Que les lleguen con la misma intensidad con la que las viví. Que encuentren en ellas la magia de lo imprevisto y la fuerza de la perseverancia.

Hasta luego, y que la luz siempre encuentre su camino hacia nosotros, incluso en la oscuridad. ✨📸🌙