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Meses de preparación, investigaciones... así fue como logré presentar mi proyecto de investigación junto a mis amigos.

Me preparaba con mi grupo para el día de la presentación; sentí un torbellino de emociones, desde la noche anterior, dónde literalmente dormí como 2 horas, pues los nervios me tenían dando vueltas por toda la habitación, dándole vistazos a cada presentación de la diapositiva, repasando cada palabra, haciéndome posibles preguntas. Pero como así mis nervios me atacaban, al mismo tiempo había una chispa de emoción, la ilusión de finalmente compartir con el jurado y profesores que estarían presentes, algo que había nacido de mis propias ideas, en conjunto con mis compañeras.

Llegó el día, y mientras me preparaba para ir a la universidad, estuve recordando todo lo que eh echo para llegar hasta ese momento, cada sacrificio, cada caída, cada triunfo, todos lo que han formado parte de esta linda experiencia. Me llenaron de positivismo, los nervios y la ansiedad ya no eran tanta.

A eso de las 8 de la mañana llegué a la universidad, me reuní con el resto de mis compañeros. Todo ansiosos y emocionado esperado ser llamado para la presentación. Mi grupo era el tercero. Ya como a las 10am nos llaman para presentar nuestra propuesta proyecto cuando entramos a la sala, y ver las caras expectantes de mis profesores, y jurados. El corazón me latía a mil por horas, comienza la presentación, mis compañeros dicen sus partes de la presentación y luego tocó mi turno, algo nerviosos, pero respiré hondo y me lancé. Al principio, la voz algo temblorosa, Pero a medida que avanzaba, me fui siendo más seguro.

Todo salió muy bien, hubo aplausos y felicitaciones, el momento del jurado hacer sus preguntas, unas fueron sencillas, otras un poco más complejas y unas nos hicieron sudar frío, no era el momento de dudar, pues es nuestro proyecto y lo debemos defender como un hijo. Cuando encuentras a los compañeros correctos, y tu meta es superarte, ningún miedo puede detenerte.