El jardín prohibido que desafía la cordura | Storytime

"Hospital psiquiátrico", reza el anuncio pegado a la reja que separa un pequeño parque infantil del sanatorio mental. No mentiré, cada vez que voy a ese parque, me siento como en una de las escenas que narra Almudena Grandes en "La Madre de Frankenstein". Imaginaba que detrás de esa reja el ambiente sería lúgubre y sombrío; sin embargo, hoy descubrí que en medio de esa aparente oscuridad que mi mente imaginaba, una historia de esperanza florece entre las sombras.

Una pelota fue la excusa para atreverme a cruzar a ese lugar prohibido. Mientras jugábamos, Samu lanzó el balón tan fuerte que se perdió entre los arbustos. Decidí ir por el balón con el temor de estar muy cerca de lo desconocido y misterioso, aún así crucé el umbral. Fue entonces cuando mis ojos descubrieron un rincón escondido que albergaba un pequeño y colorido jardín.

De inmediato desenfundé mi arma, el arma que lleva consigo un amante de la fotografía: la cámara. En mi caso, la del celular. Detrás de mi lente, el panorama era otro, olvidé dónde estaba realmente. Aquel lugar que creía gris y triste, en realidad vibraba en color y luz. Y allí estaba yo, capturando en cada imagen historias que tal vez nunca serán contadas.

No está lejos de la razón y la cordura aquel que encuentra en la naturaleza su medio de conexión espiritual. Ese pequeño jardín, es quizá mucho más que sólo flores, es un refugio y una luz para quienes luchan a diario por escapar de las sombras y la oscuridad. En cada una de estas fotografías vibra un mensaje de esperanza y resiliencia…aún en la adversidad, la esperanza siempre florece.

! [ENGLISH VERSION]
"Psychiatric hospital," reads the sign on the fence that separates a small playground from the mental sanatorium. I won't lie, every time I go to that park, I feel like in one of the scenes narrated by Almudena Grandes in "The mother of Frankenstein". I imagined that behind that fence the atmosphere would be gloomy and somber; however, today I discovered that in the midst of that apparent darkness that my mind imagined, a story of hope flourishes among the shadows.

A ball was the excuse to dare to cross to that forbidden place. While we were playing, Samu threw the ball so hard that it got lost in the bushes. I decided to go for the ball with the fear of being too close to the unknown and mysterious, yet I crossed the threshold. It was then that my eyes discovered a hidden corner that housed a small, colorful garden.

I immediately drew my weapon, the weapon that a lover of photography always carries: the camera. In my case, my cell phone camera. Behind my lens, the panorama was different, I forgot where I really was. That place that I thought was gray and sad, was actually vibrating in color and light. And there I was, capturing in each image stories that may never be told.br/>
It is not far from reason and sanity that person who finds in nature his or her means of spiritual connection. That small garden is perhaps much more than just flowers, it is a refuge and a light for those who struggle daily to escape the shadows and darkness. Each of these photographs vibrates a message of hope and resilience...even in adversity, hope always flourishes.

_{Las fotografías de esta publicación son de mi autoría y propiedad, tomadas con un iPhone 12 Pro Max
The photos in this post are authored and owned by me, taken with an iPhone 12 Pro Max.}

_{The translation of this text has been assisted with the translation tool DeepL.}

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