“Un gran concierto en Cuba” || "A great concert in Cuba" (es/en)

Hola, amigas y amigos de Hive. ¿Cómo va este inicio de semana? Por mi parte con mucho trabajo, pero como dice un proverbio antiquísimo que “el trabajo ennoblece”, pues, a volverse noble. ¿Alguna vez has estado en un concierto donde la masa de espectadores rebasa lo que puedes ver? Hoy te hablo de una experiencia inolvidable. Te confieso que no me gusta estar entre multitudes de personas, pero hay razones en la vida que siempre prueban tus principios. Cuando era “más muchacho”, una vez me prestaron un equipo de reproducción de sonido (en #Cuba le llamábamos grabadora). Con él, venía un único CD, era de una cantante conocida en el país: Laura Pausini. Tanto reproduje aquel disco, porque era el único, que llegué a sentir lo que pudiera llamarse el síndrome de Estocolmo. ¡Una broma, realmente lo disfrutaba!

Comencé a buscar más información de la cantante y sobre todo a ver sus entrevistas, a fijarme mucho en las letras de sus temas, en las melodías. Tenía mis conocimientos de música y lo que siempre presentaba, cada vez que sacaba un disco, me interesaba. Me parecía atractiva, como hasta hoy; también carismática, sencilla, versátil, ética… Empecé a disfrutar más lo que cantaba hasta que hace más de cinco años escuché la noticia de que iba a estar en Cuba, invitada por la agrupación cubana Gente de Zona, quien sonaba mucho por la radio en aquellos días, versionando el tema “Nadie ha dicho”, lanzado por la autora de temas como “Se fue”, “Inolvidable”, “La soledad”...

Enseguida empezó a darme vueltas en la cabeza la idea de que tenía que ir, quería ver a esa mujer alguna vez en la vida delante de mí, ahí, en carne y hueso, de cuerpo presente. Jjjjjjj. ¿Alguna vez te ha pasado algo así? Corrió la noticia con la fecha, mientras yo buscaba amigos para que fueran conmigo a La Habana, donde se haría el gran concierto. Esa empresa de buscar compañía fracasó tras las múltiples frases de: -¿Estás loco? -¿Ir a La Habana por un concierto? -¡Muchacho, ni lo pienses, no paso ese trabajo! Mi esposa no deseaba ir, también porque resultaría incómodo para ella, pero me ayudó a buscar. Al llegar el día, nadie fue conmigo, pero no por eso dejaría de ir.

Preparé una mochila con algo de comida y agua; me puse ropa cómoda. Llegué a la terminal de ómnibus de mi provincia como a las diez de la mañana y justo salía un ómnibus para La Habana (extraña suerte esa que tuve). Por el camino iba repasando par de canciones, imaginando que pudiera subir al escenario. ¡Uno nunca sabe lo que puede pasar en un concierto! Al llegar a la Ciudad Deportiva, en la capital de todos los cubanos, justo al mediodía, me bajé de aquel ómnibus y me dirigí al terreno donde se haría el concierto. Mi objetivo estaba en situarme cerca del escenario, para ver mejor. Pensé que la entrada sería más tarde y a esa hora me dejaron pasar, muy temprano, la verdad. El concierto se haría de noche y ya yo estaba en el lugar con un sol que “rajaba las piedras” como decimos los cubanos.

Para sorpresa mía lo más cerca que estaría del escenario serían 300 metros, pues había un segmento delimitado por barandas metálicas para un “público especial”. ¿Qué les puedo contar? Allí vi cómo preparaban las cámaras, los micrófonos del escenario, las luces, las pantallas. Por poco llego cuando estaban diseñando el estrado. Tremenda madrugada, pero como yo, allí había varias personas. A las 3 de la tarde comenzó a llenarse el terreno. Ya a las 4 estaba rodeado de una gran multitud hacia todos mis lados, y yo allí, de pie, bajo un sol que quemaba, sudando la gota gorda. En fracciones de minutos el cielo se nubló y cayó un aguacero enorme, así de rápido. Pero nadie se movía de allí, y más que estábamos en los primeros lugares.

Esa lluvia hizo que el concierto se atrasara, las pantallas fallaban, parece que por estar mojadas. Fíjate si la lluvia fue copiosa que nadie se movió de allí y el agua en el suelo sobrepasó mis tobillos, porque no tenía hacia donde correr debido a la cantidad de personas. Bien tarde en la noche comenzó el concierto, el pueblo cantaba con Gente de Zona y otros artistas invitados hasta que apareció ella, como ya les comenté: simpática, linda, cantando para los cubanos que allí la esperaban, que eran miles. Se vistió de amarillo, color que significa mucho en mi país. Allí se corearon sus temas, con los que se conoció desde 1995 hasta lo último que presentaba con el dúo.

Al finalizar, Gente de Zona siguió cantando, pero el público comenzó a desplazarse. Me fue más fácil salir de aquel gentío. Nunca había estado entre tantas personas. Caminaba muy cansado. Estuve más de 12 horas de pie, inmóvil, primero bajo un sol terrible y luego bajo una lluvia copiosa. ¡Aquella experiencia no fue graciosa, pero sí inolvidable! Los tenis blancos se volvieron carmelitas por el fango. Me desplacé luego a la terminal, lavé los zapatos y tras no encontrar ómnibus, me trasladé hacia la autopista, para regresar.

Ya las 8 de la mañana del día siguiente estaba en mi casa, bañándome, vistiéndome y rápido para la Universidad, porque estaba comenzando en este nuevo trabajo y tenía que estar en un tribunal de tesis de grado. Todos veían mis ojeras y yo orgulloso de contar mi experiencia: fui a ver a Laura Pausini. Sé que has sonreído con este post, y era mi propósito. ¿Has vivido alguna experiencia similar? ¿Qué cantante te motivaría a hacer algo así? Te leo con gusto en los comentarios.

Las imágenes utilizadas en la publicación fueron tomadas con mi móvil Samsung Galaxy J7 Prime. Textos llevados al Inglés por Deepl Traslate.

ENGLISH VERSION (click here!)

Hello, friends of Hive. How is the beginning of the week going? For my part with a lot of work, but as an ancient proverb says that "work ennobles", well, to become noble. Have you ever been to a concert where the mass of spectators exceeds what you can see? Today I tell you about an unforgettable experience. I confess that I don't like to be in crowds of people, but there are reasons in life that always test your principles. When I was "more of a boy", I was once lent a sound reproduction equipment (in #Cuba we called it a tape recorder). With it came a single CD, it was by a well-known singer in the country: Laura Pausini. I played that CD so much, because it was the only one, that I felt what could be called Stockholm syndrome. Just kidding, I really enjoyed it!

I started to look for more information about the singer and above all to watch her interviews, to pay a lot of attention to the lyrics of her songs, to the melodies. I had my knowledge of music and what she always presented, every time she released an album, interested me. I found her attractive, as I still do today; also charismatic, simple, versatile, ethical... I started to enjoy more what she sang until more than five years ago when I heard the news that she was going to be in Cuba, invited by the Cuban group Gente de Zona, who played a lot on the radio in those days, covering the song "Nadie ha dicho", released by the author of songs like "Se fue", "Inolvidable", "La soledad"...

Immediately the idea that I had to go, I wanted to see that woman sometime in my life in front of me, there, in flesh and blood, in the flesh. Jjjjjjjjj. Has anything like that ever happened to you? The news spread with the date, while I was looking for friends to go with me to Havana, where the big concert would take place. That enterprise of looking for company failed after multiple phrases of: -Are you crazy? -Going to Havana for a concert? -Boy, don't even think about it, I won't pass that job! My wife did not want to go, also because it would be uncomfortable for her, but she helped me to look for it. When the day came, no one went with me, but that didn't stop me from going.

I prepared a backpack with some food and water; I put on comfortable clothes. I arrived at the bus terminal in my province at about ten in the morning and there was a bus leaving for Havana (strange luck that I had). On the way I was going over a couple of songs, imagining that I could get on stage, you never know what can happen at a concert! Arriving at the Ciudad Deportiva, in the capital of all Cubans, just at noon, I got off that bus and headed to the field where the concert would be held. My goal was to get close to the stage, to see better. I thought that the entrance would be later and at that time they let me in, very early, to be honest. The concert would be at night and I was already in the place with a sun that "cracked the stones" as we Cubans say.

To my surprise, the closest I would be to the stage would be 300 meters, as there was a segment delimited by metal railings for a "special audience". What can I tell you? There I saw how they were preparing the cameras, the stage microphones, the lights, the screens. I almost arrived when they were designing the stage. It was an early morning, but like me, there were several people there. At 3 o'clock in the afternoon, the field began to fill up. By 4 o'clock I was surrounded by a huge crowd on all sides, and I was standing there, under a burning sun, sweating my guts out. In fractions of minutes the sky clouded over and a huge downpour fell, just like that. But no one was moving from there, especially since we were in the first places.

That rain caused the concert to be delayed, the screens failed, apparently because they were wet. The rain was so heavy that nobody moved from there and the water on the floor exceeded my ankles, because I had nowhere to run due to the amount of people. Late at night the concert began, the people were singing with Gente de Zona and other guest artists until she appeared, as I told you: nice, pretty, singing for the Cubans who were waiting for her, who were thousands. She was dressed in yellow, a color that means a lot in my country. There they chanted her songs, with which she was known since 1995 until the last one she presented with the duo.

At the end, Gente de Zona continued singing, but the audience began to move. It was easier for me to get out of the crowd. I had never been among so many people. I was walking very tired. I had been standing for more than 12 hours, motionless, first under a terrible sun and then under a heavy rain. That experience was not funny, but unforgettable! The white tennis shoes turned carmelite because of the mud. Then I went to the bus station, washed my shoes and after not finding a bus, I went to the highway to return.

Already at 8:00 a.m. the next day I was at home, bathing, getting dressed and hurrying to the University, because I was starting in this new job and I had to be in a thesis court. Everyone saw my dark circles under my eyes and I was proud to tell my experience: I went to see Laura Pausini. I know you smiled with this post, and it was my purpose. Have you lived a similar experience? Which singer would motivate you to do something like this? I'll be happy to read you in the comments.

The images used in the post were taken with my Samsung Galaxy J7 Prime cell phone. Texts translated into English by Deepl Traslate.