Domingo Familiar

El viernes pasado mi papá visito a mis abuelos, de regreso nos contó que nos invitaron a su casa para almorzar y comer perros calientes; emocionadas, aceptamos ir, además de que sería un día diferente y pasarla con la familia.

El domingo me despertó mi papá, porque como he contado en estas vacaciones, he dormido bastante y tardo mucho en despertarme; no me suelo despertar temprano, así que él insistió, me levante de la cama y fui a desayunar. Mientras hablaba con mi hermana me comía unas ricas arepas dulces que había hecho mi papá y son las mejores del mundo, es lo que mejor le queda cuando cocina acompañada con un café con leche. Termine me fui a fregar, luego a cepillar, bañar y mi hermana hizo lo mismo.

Pero no estuve lista a tiempo, así que prepare el maquillaje que iba a usar, me los lleve al carro, allí me maquille rápidamente y esta vez tuve suerte de no mancharme al colocarme el rimel. En el camino pasamos comprando refresco y chucherías para compartir, después directo al apartamento de mis abuelos; al llegar nos esperaban organizando la mesa y todos nos sentamos para comer, que por cierto eran unos perros calientes para probar unas salchichas nuevas de la Montserratina que nuestros abuelos habían dicho que era muy sabrosa, y les confirmo que sí.

Para seguir contándoles, por mi parte me comí un perro caliente y medio porque no como mucho, pero estaban muy ricos, además pido disculpas a todos ustedes por no haberle tomado fotos a los perros, pero es que tenía hambre y eso me gano. Igual estuvo bien que ninguno tenía el teléfono en la mesa porque así se disfruta más que era comer y compartir con los abuelos. Mientras comíamos hablamos de las clases de que falta poco para comenzar debido a que al menos mi colegio comienza el 2 de octubre, aunque sé que otros colegios y también universidades ya iniciaron sus actividades escolares.

Nos queda una semana para aprovechar lo que queda de las vacaciones, de eso contábamos anécdotas del año escolar pasado y así hasta que terminamos de almorzar, después fuimos a acompañar a mi hermana a la piscina de la residencia, así que bajamos. Porque ella tenía ganas de bañarse un rato, pero yo realmente no quería meterme igual, todos la acompañamos, así ella no estuviera sola; fue divertido para ella porque también hubo cierto punto dónde empezó a llover y había un calor terrible, pero de cierta manera se sintió como de películas, pero ya cuando escampo un poco decidimos subir antes de que empeorará.

Arriba nos esperaba un postre que había hecho mi abuela, que era un rico pie de limón que estaba demasiado delicioso; tanto así que mi papá, mi hermana y yo repetimos el postre. De esa manera fue avanzado la tarde, fuimos compartiendo y hablando hasta que se hizo hora de regresar a casa, nos despedimos de mis abuelos y les agradecimos por invitarnos a pasar el domingo con ellos, nos fuimos a nuestra casa y de regreso hablamos que aunque sea lago sencillo siempre vale mucho estos momentos con la familia.