El edificio que se niega a ser destruido

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En el corazón de Buenos Aires, en la calle San Martín, se erige majestuoso el edificio del Banco Central de la República Argentina (BCRA). Este edificio, construido entre 1872 y 1876 por los arquitectos Henry Hunt y Hans Schroeder, ha sido testigo de innumerables eventos históricos¹.

En una noche de verano, mientras la ciudad dormía, el edificio parecía cobrar vida. Las columnas y pilastras que abrazan sus dos pisos susurraban historias de su pasado, desde su tiempo como sede del Banco Hipotecario de la Provincia de Buenos Aires hasta su transformación en la Corte Suprema de Justicia de la Nación en 1888². En 1912, se convirtió en la sede de la Caja de Conversión, precursora del BCRA².


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Sin embargo, en el presente, el edificio enfrentaba una amenaza inusual. Javier Milei, el carismático y controvertido presidente, había prometido durante su campaña "volar por los aires" el Banco Central, una metáfora de su deseo de cerrar la institución y reformar radicalmente la economía del país². Esta promesa había generado tanto temor como esperanza entre los ciudadanos.

Una noche, mientras Milei caminaba por las calles desiertas de Buenos Aires, se detuvo frente al imponente edificio. Las luces de la ciudad reflejaban en las ventanas del banco, creando un aura casi mística. Milei, con su característico cabello alborotado y su mirada intensa, se quedó contemplando la estructura. En su mente, el edificio representaba todo lo que él consideraba obsoleto y corrupto en el sistema financiero argentino.

Pero el edificio, con su fachada recientemente restaurada, parecía desafiarlo. Las historias de su pasado resonaban en el aire, recordándole a Milei que no solo era un edificio, sino un símbolo de la historia y la resiliencia del país¹. En ese momento, Milei comprendió que su lucha no era contra el edificio en sí, sino contra las estructuras invisibles de poder y corrupción que habían arraigado en la sociedad.

Decidido a transformar el país, Milei se dio cuenta de que la destrucción no era la respuesta. En lugar de volar el edificio, decidió convertirlo en un símbolo de cambio y renovación. Anunció un plan para transformar el Banco Central en un centro de innovación financiera, donde se desarrollarían nuevas políticas económicas y se fomentaría la transparencia y la eficiencia.

El edificio del Banco Central, con su rica historia y su nueva misión, se convirtió en un faro de esperanza para los argentinos. Y así, en lugar de ser destruido, el edificio se reinventó, reflejando el espíritu indomable de un país que siempre encuentra la manera de renacer.

Fuente:
¹: Infobae
²: Clarín





Foto(s) tomada(s) con mi smartphone Samsung Galaxy S22 Ultra.

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Trabajé casi 10 años en el Banco Central de la República Argentina, no precisamente en ese bello y antiguo edificio sino en otro que está adosado a él. El banco central posee varios edificios en los alrededores de ese que es histórico y en algunos casos se da la curiosidad de estar en un piso y caminando por los pasillos ingresar a otro piso de un edificio vecino sin subir ni bajar escaleras, eso se da por la diferencia en la antigüedad de la construcción. Por ejemplo, estando en el 5to. piso del edificio conocido como "Mercurio", se pasaba al 3er. piso de otro construido 60 años antes. Ahora los edificios tienen menos metros de altura entre un piso y otro, un claro ejemplo es el que acabo de mencionar.

Saludos amigo @vgalue.

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Ayer pasé por el frente y me impactó lo hermoso que quedó este edificio; no es digno de volarlo por los aires 😂

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No es la intención, para nada. Supongo que solo fue una conformación retórica que significa terminar con tantos años de no cumplir con su función específica.

Saludos!

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Si claro que es así. Hay un meme de la abuela de Spiderman que lo representa todo jaja

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