[ENG/ESP] An ice cream shop that tasted like semi-sweet surprises.

Saludos, les deseo un lindo y descansado fin de semana.
Como les conté ayer, este sábado solo tenía que trabajar medio día, así que mi esposo y yo decidimos aprovechar la tarde para salir a dar un paseo. Nuestro hijo también tenía planes con sus amigos, así que era la oportunidad perfecta para disfrutar un rato en pareja, relajarnos y desconectarnos un poco de la rutina semanal.
Apenas terminamos nuestras labores del día, nos alistamos y salimos rumbo a la ciudad. Pero antes de comenzar nuestro recorrido, hicimos una parada obligatoria en la bomba de Los Cerritos para colocar combustible. Esta estación de servicio se ha convertido en una de nuestras favoritas, no solo por la calidad de su gasolina, sino también por el trato respetuoso y amable que siempre recibimos allí. Les cuento esto porque hace unos días, por cuestiones de tiempo, tuve que echar gasolina en la bomba de Los Robles. Nuestro carro tiene un tanque con capacidad para 42 litros, pero para mi sorpresa, me cobraron 45 litros. Al hacer el reclamo, me respondieron con una excusa que me pareció una burla: que el tanque se había dilatado por los años del vehículo. Me sentí ofendida, como si quisieran tomarme por ingenua. Les dije lo justo y me retiré. Lo curioso es que en otras estaciones, cuando pido llenar el tanque, siempre entran entre 40 y 42 litros, nunca más. Por eso, desde entonces, prefiero ir a lugares donde me tratan con honestidad y no intentan insultar mi inteligencia. Nunca antes me había pasado algo así, estás cosas vienen ocurriendo desde que comenzaron a cobrar la gasolina en dólares.