Mariposa Dorada. Shortstory
Verónica era una niña muy organizada, se estresaba si cualquier cosa no estaba en su lugar, pero bueno, eso fue hasta un momento preciso en su vida en que todo cambió. Su alcohólico padre y su descuidada madre al fin habían afectado el alma de la criatura. Ella estába a punto de cumplir 15 años cuando murió su padre, adiós a su fiesta de 15 años. Sin embargo ella no se deprimió, siguió tan jovial como siempre. Seis meses más tarde su madre enfermó, una extraña variable de la gripe había llevado su cuerpo hasta los huesos. De cualquier manera Verónica ya había empezado a trabajar en un taller de serigrafía para poder sobrevivir ya que no tenía ningún familiar cercano que quisiera ocuparse de ella.
El día que llegó al hospital a ver su madre, algunas enfermeras se indignaron, otras simplemente se rieron al ver lo que decía su playera.
Casi huérfana
En letras plateadas sobre playera negra.
Su madre, en lugar de molestarse, sonrió simplemente sujetándose el estómago que tanto le dolía. Una hora más tarde ya estaba muerta con una extraña mueca en el rostro.
Claro, una niña sola de 15 años, parecía presa fácil para cualquier sujeto en busca de placer, pero no Verónica, ella aprovecharía cualquier oportunidad para salir adelante.
Al ver a la niña, Pedro Zineskina se enamoró de ella. Él estaría rebasando los 40, ella cumpliría 16 justo un día antes de la boda, ellos habían convenio antes de todo que ella no se embarazaría sino hasta terminar su carrera profesional. 7 años más tarde, su sueño se hizo realidad. Nadie sabe como alguien egresada de la facultad de artes ecenicas obtuvo un trabajo bien remunerado en mercadotecnia. Lo que todos recordaban es que el día de la graduación, su esposo más bien parecía a su abuelo, Pero a ella no le importaba, le dio un gran beso de agradecimiento y le prometió darle un hijo.
A Verónica le encantaba la poesía, en las tardes recitaba en voz alta poemas que todo mundo escuchaba a través de las ventanas de sus casas, pero un día las cosas fueron diferentes. Salió corriendo de la casa gritando. No me golpees Pedro, ya no por favor. Esa escena se repitió muchas veces, hasta que un grupo de jóvenes decidió tomar cartas en el asunto. Una noche de invierno, a punta de golpes, Pedro terminó con varias costillas rotas y uno de los pulmones perforado. Horas más tarde murió en el hospital, no sin antes recibir el último beso de su joven esposa.
Lo gracioso de todo, es que Pedro siempre la trató muy bien, jamás la golpeó como todos creían, al contrario, la trató siempre como a una reina.
Una pequeña sombra de remordimiento se asomó al rostro de Verónica, pero se recuperó rápidamente. El día del Velorio traía una playera qué decía:
Totalmente viuda
En hermosas letras doradas sobre fondo negro
Historia corta y fotografía
Inesperado final @saulos . No me lo imaginaba...
No necesariamente es maldad, por supuesto.
Esta publicación ha recibido el voto de Literatos, la comunidad de literatura en español en Hive y ha sido compartido en el blog de nuestra cuenta.
¿Quieres contribuir a engrandecer este proyecto? ¡Haz clic aquí y entérate cómo!
Gracias, saludos