A la cama helada
Te miro desde abajo y me preguntó,
Porque te sigo amando?
Si a leguas se te nota que no me amas,
que soy tan solo tu sustento,
el hombre que visitas
y alimentas cuando quieres.
Aquel que sueña contigo en tu presencia
y a veces se despierta en la madrugada
en una cama fría y abandonada.
Más sabe, desde siempre
has sido mía mientras duermo
ahí donde los sueños
se apoderan de la poca demencia que me queda...
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