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Good evening friends, may God bless you greatly.
Today I share with you a passage from the sacred scriptures that highlights the role of God as a comforter in our lives and how our experiences of tribulation can be transformed for the good of others, through the comfort we receive from God.

Blessed be the God and Father of our Lord Jesus Christ, Father of mercies and God of all consolation, who comforts us in all our tribulations, so that we too can comfort those who are in any tribulation, through consolation with that we are comforted by God. For as the afflictions of Christ abound in us, so our consolation abounds through Christ himself. But if we are troubled, it is for your consolation and salvation; or if we are consoled, it is for your consolation and salvation, which takes place in suffering the same afflictions that we also suffer.

2 Corinthians 1:3-6

In this letter, Paul begins by praising God as the Father of our Lord Jesus Christ, highlighting His nature of mercy and consolation.
Then, he explains how God comforts us in our troubles so that we, in turn, can comfort others who are experiencing difficulties. He emphasizes that both our afflictions and our consolation abound through Christ.
Furthermore, Paul points out that if we experience affliction, it is for the benefit of others, so that they may also receive comfort and salvation through our testimony and experience. This highlights the idea that our experiences of suffering can be redeemed by God to bring comfort and salvation to others.

Glory to God.

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Buenas noches amigos, que Dios les bendiga grandemente.
Hoy les comparto un pasaje de las sagradas escrituras donde se destaca el papel de Dios como consolador en nuestras vidas y cómo nuestras experiencias de tribulación pueden ser transformadas para el bien de otros, a través del consuelo que recibimos de Dios.

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios. Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación. Pero si somos atribulados, es para vuestra consolación y salvación; o si somos consolados, es para vuestra consolación y salvación, la cual se opera en el sufrir las mismas aflicciones que nosotros también padecemos.

2 Corintios 1:3-6

En esta carta , Pablo comienza alabando a Dios como el Padre de nuestro Señor Jesucristo, destacando Su naturaleza de misericordia y consolación.
Luego, explica cómo Dios nos consuela en nuestras tribulaciones para que, a su vez, podamos consolar a otros que están pasando por dificultades. Él hace hincapié en que tanto nuestras aflicciones como nuestra consolación abundan por medio de Cristo.
Además, Pablo señala que si experimentamos aflicción, es para beneficio de otros, para que también puedan recibir consolación y salvación a través de nuestro testimonio y experiencia. Esto resalta la idea de que nuestras experiencias de sufrimiento pueden ser redimidas por Dios para traer consuelo y salvación a otros.

Gloria a Dios.

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