Navidad para la mayoría es el mejor mes de año por todo lo que representa para nuestras familias, desde la decoración, la comida, los regalos y lo importante el compartir en familia, justamente la semana pasada fuimos a comprar los jueguetes de las niñas (mi esposo y yo) y la verdad es una experiencia linda el hecho de comprar pensando en la felicidad de las niñas, para ellas será un momento de emoción que seguramente recordarán, pero más allá de lo material que se le puede ofrecer, la esencia siempre será el combatir juntos de esos momentos, que con el paso de los años atesoraran en su mente y corazón, ese día la llegar a casa un poco agotados pero felices por ya tener sus regalos, decidimos disfrutar juntos un helado y ver tele de lo más cómodos en nuestro cuarto, a lo que me llevo a pensar este es el verdadero regalo y no solo de navidad sino de la vida entera, de esos que puedes obtener a lo largo de todo el año y no solo en diciembre, estos momentos que le dan sentido a la vida y una calidad sensación a tu corazón, solo que al ser algo cotidiano puede pasar en ocasiones un poco desapercibido, pues la rutina puede llegar a ser tan demandante y hasta un punto asfixiante, pero si vemos un poco más allá de esa malvada rutina (enemiga silenciosa), podremos ver lo bendecido que somos con estos regalos día tras día, amen ese instante, ame poder capturar algunos momentos de ese día juntas (mi hija mayor y yo) abrazadas disfrutado en casa, en calma de un delicioso helado y una película, que mejor regalo que ese? Ame poder hacer esta pequeña reflexión en ese momentos que hoy les comparto, esperando todos estén pasando bien una de las mejores época del año me despido hasta una próxima oportunidad.