La ternura de un sueño / The Tenderness of a Dream (Esp/Eng)

Hola.
Nuevamente junto a ustedes a través de mis imágenes y mis comentarios.

Hoy consideré inspirador ir a la etapa de la vida más inolvidable por la que transitamos todos: la niñez. Sabido es que no importa cuán poca sea la experiencia a esa edad, pues ya los niños, aunque pequeños, cuentan con la disposición natural de ir creando su carácter, se van ocupando espontáneamente en aquello que llama su atención o van definiendo algunos gustos y preferencias.

Mi acercamiento al departamento de Prensa del Ballet Nacional de Cuba, me ha permitido trabajar en la Cátedra de Danza donde niñas y niños, a partir de los cuatro años de edad aproximadamente, pueden matticularse en el taller vocacional que en ella se desarrolla. Los encuentros transcurren en las tardes y en ellos desarrollan habilidades con respecto al baile y la música. No obstante, asistir a esos encuentros no significa que tendrán asegurado su futuro como bailarines clásicos o de otra índole.

Sólo después de exámenes muy exigentes, una minoría logrará entrar en las escuelas de ballet clásico o danza y convertirse en grandes profesionales del movimiento. Pero sí todos después de haber estado en éstos salones se habrán divertido, socializado, ejercitado física y mentalmente, habrán mejorado su coordinación y equilibrio, aprendido sobre disciplina, despertado su creatividad, así como manejar la prezencia escénica a tan temprana edad.

En éstos talleres, la presencia masculina es mucho más reducida que el número de niñas que asistem a él. En la mayoría de los casos, los varones muestran una hiperactividad tal, que mantienen a los profesores en una alerta constante. No obstante, el vínculo que establecen con las niñas es de protección, empatía y complicidad y aunque ellas se comportan de maneras diferentes, lo que sí es un hecho es que: la travesura no tiene género ni edad.

Los programas de clase se conforman con dos frecuencias a la semana. Reciben clases de técnica de ballet, preparación física, aprenden sobre otros ritmos o tipos de baile así como improvisar y se presentan clases abiertas para los padres.

Transcurridos nueve meses, los encuentros recesan con una presentación ya sea en la sede de la Compañía de Ballet o en la sala de un teatro, donde el público que prevalece es el de los padres que suelen estar, tanto o más emocionados que sus propios hijos.

Gracias por leer mi blog. Espero seguir contanto con su aceptación.

Nos encontramos en la próxima publicación.

ENGLISH VERSION

Hello.
Once again, I'm with you through my images and comments.

Today, I found it inspiring to explore the most unforgettable stage of life we ​​all go through: childhood. It's well known that no matter how little experience there is at that age, children, even when young, have a natural disposition to develop their character, spontaneously engaging in whatever catches their attention, or defining certain tastes and preferences.

My involvement with the Press Department of the National Ballet of Cuba has allowed me to work in the Dance Department, where children, starting at approximately four years old, can enroll in the vocational workshop offered there. The workshops take place in the afternoons and develop dance and musical skills. However, attending these workshops does not guarantee their future as classical or other dancers.

Only after very demanding exams will a minority be able to enter classical ballet or dance schools and become great movement professionals. But after spending time in these classrooms, everyone will have had fun, socialized, exercised physically and mentally, improved their coordination and balance, learned discipline, awakened their creativity, and learned how to handle stage presence at such a young age.

In these workshops, the presence of men is much smaller than the number of girls attending. In most cases, the boys display such hyperactivity that they keep the teachers constantly on their toes. However, the bond they establish with the girls is one of protection, empathy, and complicity. Although they behave differently, one thing is certain: mischief has no gender or age.

Class programs are held twice a week. They receive classes in ballet technique, physical conditioning, learn about other rhythms and types of dance, and learn how to improvise. There are also classes open to parents.

After nine months, the meetings conclude with a presentation either at the Ballet Company's headquarters or in a theater, where the audience is predominantly made up of parents, who are usually as excited as, or even more so than, their own children.

Thank you for reading my blog. I hope to continue enjoying it.

See you in the next post