[ENG-SPN] Spiders and Cosmic networks / Arañas y redes cósmicas

One of the most relevant quotes from that popular character, whose charisma always strikes a note of sharp discord in a classic of Madrid zarzuela, such as the work entitled "The Dove’s Verbena," the hilarious Don Hilarión—and I apologize for the no less hilarious redundancy—was precisely the one where he stated, with surprising foresight: "The advances in science today are outrageous."

No era, therefore, has contributed to making Don Hilarión and his quote a perfect prophet, at least in his own land, as much as the present Digital Age, whose incredible innovations, however surprising they may be, truly pale in comparison to the sensational discoveries continually offered by that which man has continued to gaze upon with wonder, hope, vertigo, and fear ever since he began to be conscious: the Universe.

The latest discoveries about the composition and architecture of the Universe are now claiming the surprise and fascination of scientists, especially in relation to the so-called cosmic networks, the vision of whose design immediately brings to mind those authentic Vitruvius of nature, the arachnids - potential precursors of Ridley Scott's terrifying aliens - and some fascinating structures, spider webs, which many people view with repugnance, but which, in reality, are a complex work of engineering art, which also fit perfectly with the ancient occult assertion attributed to the mythical Hermes Trismegistus: 'as above, so below'. And to confirm this complex ambivalence between Microcosm and Macrocosm, if we had the opportunity to contemplate at least our part of the Universe from a distance of billions of kilometers, we would see it as a dense and intricate network, very similar, after all, to the one woven by those same beings, spiders, which, like so many others, we regard with indifference and contempt.

Una de las frases más relevantes de aquel popular personaje, que, por su carisma, ofrece siempre una nota de picante discordancia en un clásico de la zarzuela de Madrid, como es la obra que lleva por título ‘La Verbena de la Paloma’, el hilarante Don Hilarión y pido perdón a mi vez por la no menos hilarante redundancia, era precisamente aquella donde afirmaba, con sorprendente clarividencia: ‘es que hoy en día las ciencias adelantan que es una barbaridad’.

Ninguna época, por lo tanto, ha contribuido a hacer de Don Hilarión y su frase un perfecto profeta, al menos en su tierra, como la presente Era Digital, cuyas increíbles innovaciones, por mucho que nos sorprendan, realmente se quedan cortas frente a los sensacionales descubrimientos que nos ofrece continuamente aquello que el hombre continúa mirando con asombro, esperanza, vértigo y temor desde que tiene consciencia: el Universo.

Los últimos descubrimientos sobre la composición y arquitectura del Universo, reclaman ahora la sorpresa y la fascinación de los científicos, sobre todo, en relación a las denominadas redes cósmicas, la visión de cuyo diseño, nos trae inmediatamente a la memoria a esos auténticos Vitrubios de la naturaleza, que son los arácnidos -precursores, en potencia, de los terribles aliens de Ridley Scott- y unas fascinantes estructuras, las telarañas, que muchas personas ven con repugnancia, pero, que, en realidad, son una compleja obra de arte de la ingeniería, las cuales, además, encajan a la perfección con el antiguo aserto ocultista atribuido al mítico Hermes Trismegisto: ‘como es arriba, así es también abajo’. Y para confirmar esta compleja ambivalencia entre Microcosmos y Macrocosmos, si tuviéramos la posibilidad de contemplar, al menos nuestra parte del Universo a una distancia de miles de millones de kilómetros, la veríamos como una tupida e intrincada red, muy similar, después de todo, a la tejida por esos mismos seres, las arañas, a los que, como ocurre también con tantos otros, miramos con indiferencia y desprecio.

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