[ENG-SPN] Forgotten heritage of Castile / Patrimonio olvidado de Castilla

Near that remarkable town of Sepúlveda that awakened so many theosophical dreams in that extraordinary chronicler of the Occult, Mario Roso de Luna, whom some of us still remember by his nickname of ‘the Wizard of Logrosán’ -another great, C.G. Jung, was familiarly known as ‘the Wizard of the Alps’- some small towns occasionally see their vital tranquility altered, when some traveler, generally absent-minded and afraid of ending up hopelessly lost in the middle of nowhere, manages to enter the place by the hazardous country road that divides the town into two hemispheres.

The one on the right, surprising, shows, so close to the road that you can touch it with your hand, a phenomenal 12th century Romanesque church, with its original structure more or less intact and its small porticoed gallery playing with chiaroscuro and drawing geometries on the ground and the one on the left, where if it were not for the small sign hanging on its wall with a similar dim light to that which barely hid the dreamy Lili Marlen at the door of the barracks, the traveler would pass by, claiming that in that town there is not even a bar where you can have coffee.

Whether or not interested in art in general and in Romanesque architecture in particular, the traveller, nevertheless, and at the suggestion of that unconscious, let's say I'm talking about the collective, feels the need to stop on his way and pause, even if only to orient himself before continuing on his way, to contemplate one of the jewels that the guilds of itinerant bricklayers left behind, as a sign, also, of his own route, which, unlike the surprised traveller, looked in the opposite direction, to that same south that would soon see the birth of the splendid figure of Don Quixote and perhaps, as happened to Stendhal in the cathedral of Milan, he also suffers from an excess of hallucinations, trying to unravel the dark meaning of sculptures more battered by the stones of man than by the resounding hammer blows of time.

Cercano a esa notable villa de Sepúlveda que tantas ensoñaciones teosóficas despertó en aquel extraordinario cronista de lo Oculto, Mario Roso de Luna, al que algunos todavía recordamos por su apodo de ‘el Mago de Logrosán’ -a otro grande, C.G. Jung, se le conocía familiarmente como ‘el Brujo de los Alpes’-algunas pequeñas poblaciones ven de vez en cuando alterada su vital tranquilidad, cuando algún viajero, generalmente despistado y temeroso de terminar irremediablemente perdido en mitad de ninguna parte atina a entrar en el lugar por la azarosa carretera comarcal que divide al pueblo en dos hemisferios.

El de la derecha, sorprendente, muestra, tan a pie de carretera que se puede tocar con la mano, una fenomenal iglesia románica del siglo XII, con su estructura original más o menos intacta y su pequeña galería porticada jugando con los claroscuros y dibujando geometrías sobre el suelo y el de la izquierda, donde si no fuera por el pequeño cartel que cuelga en su pared con similar mortecina luz que la que apenas ocultaba a la ensoñada Lili Marlen a la puerta del cuartel, el viajero pasaría de largo, alegando que en ese pueblo no hay ni siquiera un bar donde tomar café.

Interesado o no en el Arte en general y en la arquitectura románica en particular, el viajero, no obstante y a sugerencia de ese inconsciente, pongamos que hablo del colectivo, siente la necesidad de hacer un alto en su camino y detenerse, siquiera sea para orientarse antes de continuar rumbo, a contemplar una de las joyas que las cofradías de albañiles itinerantes fueron dejando, como señal, también, de su propia ruta, que, al contrario que el sorprendido viajero, miraba en dirección contrario, a ese mismo sur que no tardaría en ver nacer la espléndida figura de Don Quijote y quizás, como le sucediera a Stendhal en la catedral de Milán, sufra además un exceso de alucinaciones, intentando desentrañar el oscuro significado de unas esculturas más maltratadas por las pedradas del hombre que por los sonoros martillazos del tiempo.

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