[ENG-SPN] Between Madrid and Aragon: Medinaceli / Entre Madrid y Aragón: Medinaceli

Although it lacks large monasteries, like the one that inspired the Italian writer Umberto Eco's marvelous novel set in the Middle Ages, "The Name of the Rose," but it does boast a magnificent collegiate church, whose bells, along with the early-rising roosters, would draw the "damned" American poet Ezra Pound out of his alcoholic reveries at dawn, travelers can still enjoy a picturesque and enchanting place, located approximately halfway between Madrid and Aragon: Medinaceli.

Its strategic location, combined with its legendary meritocracy, whose destiny is linked not only to important historical figures, such as the Muslim leader Almanzor, considered in his time as "the scourge of God" by Christians, but also to enigmatic objects of power from ancient times, such as the famous Table of Solomon, make it a particularly attractive city for a visit, where romance and reverie provide an unforgettable memory.

Its Main Square, together with that ancient Renaissance building that still preserves the memory of the stylized elegance and charismatic good taste of the Roman patricians and consuls, under whose patronage anonymous engineers erected the monumental arch, a contemporary of Jesus Christ, at the entrance to the old city, is also a walk down memory lane, a fold frozen in time, where the spirit sways to the rhythm of the swing of eternity.

Aun sin grandes monasterios, como el que inspirara al escritor italiano Umberto Eco esa maravillosa novela ambientada en la Edad Media, ‘El nombre de la rosa’, pero sí con una magnífica Colegiata, cuyas campanas, aparte de los madrugadores gallos, sacaban de sus ensoñaciones etílicas al poeta ‘maldito’ norteamericano, Ezra Pound cuando despuntaba el alba, todavía el viajero puede disfrutar de un lugar, pintoresco y encantado, situado, aproximadamente, a mitad de camino entre Madrid y Aragón: Medinaceli.

Su estratégica posición, unida a su legendaria meritocracia, cuyo destino no sólo está unido a relevantes personajes de la Historia, como el caudillo musulmán Almanzor, considerado en su tiempo como ‘el azote de Dios’ por los cristianos, sino también a enigmáticos objetos de poder de la Antigüedad, como la célebre Mesa o Tabla de Salomón, hacen de ella una ciudad especialmente atractiva para un viaje, donde romanticismo y ensoñación proporcionan un inolvidable recuerdo.

Su Plaza Mayor, unida a ese vetusto local renacentista que todavía conserva el recuerdo de la estilizada elegancia y el carismático buen gusto de los patricios y cónsules romanos, bajo cuyo mecenazgo anónimos ingenieros levantaron el monumental arco, contemporáneo de Jesucristo, a la entrada de la vieja ciudad, es también un paseo por el recuerdo, un pliegue detenido en el tiempo, donde el espíritu se balancea al compás del columpio de la eternidad.

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