La fortaleza de El Castillo de San Carlos de La Cabaña.

Esta fortaleza está situada sobre la bahía de La Habana, un punto geográficamente estratégico, ya que su propósito además de defensivo era divisar desde la distancia si se acercaba algún barco enemigo. La Cabaña se concibió como fortaleza militar para defender a la ciudad del ataque de corsarios y piratas, y su construcción se hizo necesaria después de que La Villa de La Habana fuera conquistada por los ingleses. Su emplazamiento se realizó en la colina por la que penetraron las tropas invasoras.

Se terminó de construir en año 1774 y su nombre rinde homenaje al rey español Carlos III, el que ordenó su construcción luego de que España recuperara nuevamente la ciudad que estuvo en poder del imperio británico durante once meses. El arquitecto encargado de su construcción fue el ingeniero español Silvestre de Abarca. Está fue la mayor fortificación de su época, y tenía fama de ser invencible.💪

La Cabaña se conserva en muy buen estado, es imposible no quedar maravillados a medida que nos acercamos a sus murallas. Es impresionante que tan imponente construcción haya sobrevivido al desgaste del tiempo en una zona donde la humedad del agua salada y el azote de los elementos es bastante cruel. También hay que hablar a favor de la gran labor de restauración a la que ha sido sometida.

Su acceso principal lo conforma un gran arco con dos columnas a cada lado las que están incrustadas parcialmente en su pared. Encima de su arco hay talladas unas letras informativas acerca de su construcción y el año en que se terminó.

Esta gran fortaleza está rodeada por una inmensa zanja. Al ir acercándonos a sus muros atravesamos el puente que sirve de pasarela hacia el arco de su entrada principal, y debajo a ambos lados, tenemos la impactante visión del profundo foso que la rodea. Yo miraba hacia abajo con un poco de temor ya que las alturas me impresionan bastante.

Estuve de visita en este sitio con un grupo de amigos, mi esposo y mi hija menor, y tanto mi niña como yo estábamos maravilladas de cada cosa que veíamos. Mi pequeña era la primera vez que veía cañones por lo que no salía de su asombro y no paraba de preguntarme si los cañones funcionaban de verdad.
Y es que esta fortaleza albergaba una gran cantidad de cañones, emplazados la mayoría en sus murallas, por lo que en su época contaba con un inmenso poder de fuego y artillería. Aun se pueden ver algunos de ellos, los que se conservan magníficamente.

Una tradición vinculada a su historia y que ha perdurado hasta nuestro tiempo como símbolo del pasado, es la ceremonia donde se avisaba del cierre de las puertas de la muralla que rodeaban la ciudad justo a las nueve de la noche, con el tronar de los cañones del fuerte. El disparo de los cañones avisaba a los ciudadanos que las puertas de la muralla serían cerradas hasta el siguiente día. Los que no cruzaran sus puertas a tiempo quedarían a merced de la noche, hasta la siguiente mañana cuando abrían nuevamente. Esta ceremonia aún se celebra y en los sitios más cercanos a La Cabaña se escucha cada noche puntualmente a las 9 el tronar de sus cañones avisándonos para que nos mantengamos a buen resguardo.

Caminar por sus calles adoquinadas es como transportarnos a La Habana del siglo XVIII. Me sentí parte de sus habitantes, los cuales debieron sentirse muy seguros sabiendo que sobre esta colina protegiéndolos siempre, estaba vigilante este majestuoso fuerte con sus inexpugnables murallas y sus armas siempre listas para su defensa. Es imposible no imaginarse a los mejores soldados del ejército español caminando por sus calles y plazas, siempre preparados en caso de un posible ataque (el cual nunca ocurrió).

La Cabaña es muy hermosa. Desde su interior si miramos por encima de sus muros hacia el mar, se puede disfrutar de la preciosa vista de la bahía de La Habana, y gran parte de su litoral. A lo lejos en el otro extremo de su costa se pueden observar las edificaciones más altas, los hoteles más modernos, el Malecón y hasta el Capitolio. Un paisaje que nos deja admirados por su belleza. La primera vez que estuve en este lugar y pude admirar la ciudad debajo, quedé maravillada. Siempre he visitado este sitio en el día, pero poder disfrutar aquí de un atardecer debe ser simplemente inolvidable. ❤️

Esta fortaleza es Patrimonio de la Humanidad, y todo su encanto no cabe en un solo escrito. Por lo que me gustaría realizar dos publicaciones, siendo esta la primera.

Lo ideal sería que pudieran visitar el lugar para que se impregnen de su energía y puedan quedar tan admirados con esta majestuosa fortificación como todos los que hemos tenido el placer de visitarla.

Me despido con un gran Saludo 🖐 y el agradecimiento a todos los que me han regalado su tiempo. 🙏