Regresando después del huracán Melissa [ESP-ENG]










El martes pasado lo vivimos con el corazón en un puño. Cada parte meteorológico era más preocupante que el anterior: Melissa había pasado por Jamaica como un monstruo de categoría 5, dejando destrucción tras de sí, y aunque bajó a categoría 3, justo antes de entrar a Cuba volvió a fortalecerse hasta alcanzar la temida categoría 4. En Holguín la tensión se podía sentir en el aire; nadie hablaba de otra cosa.
En casa, el servicio eléctrico se fue a las 10:00 de la noche, y con él, Internet, llamadas, noticias… todo. Solo quedó el silencio, interrumpido por el viento que comenzaba a rugir. Esa noche acogimos en casa a nuestros vecinos —tres niños pequeños y dos personas mayores—, porque todos sabemos que en momentos así, la solidaridad vale más que cualquier cosa. Mi cuarto se convirtió en un pequeño almacén improvisado, para dejar mi cama a la visita. Me fui con mis perros a dormir al cuarto de mis padres, mientras mis tres gatos quedaban refugiados entre las cajas.
A las tres de la madrugada comenzaron a sentirse con fuerza los vientos. La casa crujía, y aunque el sueño fue intermitente, logramos descansar un poco. Al amanecer, abrimos la puerta con el alma en vilo… y respiramos aliviados. No habíamos perdido mucho: solo algunos postes y árboles caídos, y la parada de autobuses junto a mi casa, que quedó completamente destruida.
Aun así, la incomunicación total nos mantenía en la incertidumbre. No sabíamos lo que había ocurrido en otras zonas. Poco a poco nos llegaron las noticias: los ríos se habían desbordado, el agua alcanzó niveles peligrosos, hubo muchas pérdidas materiales… y, lamentablemente, también humanas.
Al segundo día de recuperación, tomé mi celular y salí a recorrer los alrededores. Tenía que verlo con mis propios ojos. Caminé entre ramas, cables enredados y charcos profundos, intentando asimilar el impacto real de todo lo que había pasado. Las imágenes hablaban por sí solas: Melissa había dejado su huella.
Hoy, después de tantos días sin electricidad, de cocinar con carbón y de mirar con tristeza la nevera temiendo perder toda la comida, la corriente volvió. Escuchar el sonido familiar del refrigerador y ver la luz encenderse fue casi un acto de esperanza.
Melissa pasó, pero nos dejó una gran lección: la naturaleza puede ser implacable, pero también nos recuerda la importancia de cuidarnos, de unirnos y de agradecer lo que tenemos.
Volvemos poco a poco a la normalidad, con el corazón cansado, pero agradecido. La vida sigue… y mientras haya luz, aunque sea la de una vela, siempre habrá motivo para empezar de nuevo.
English Version
Last Tuesday we lived through it with our hearts in our throats. Each weather report was more worrying than the last: Melissa had passed through Jamaica as a Category 5 monster, leaving destruction behind, and although it weakened to Category 3, just before reaching Cuba it strengthened again to a terrifying Category 4. In Holguín, you could feel the tension in the air; no one was talking about anything else.
At home, the power went out at 10:00 p.m., and with it, the internet, phone signal, and all communication. Only silence remained, interrupted by the growing howl of the wind. That night, we hosted our neighbors—three small children and two elderly people—because in moments like these, solidarity means everything. My room turned into a small storage space to offer my bed to the visitors. I went to sleep with my dogs in my parents’ room, while my three cats stayed safe among the boxes.
Around three in the morning, the winds began to roar in full force. The house creaked, and although sleep came in short bursts, we managed to rest a little. At dawn, we opened the door with our hearts racing… and breathed a sigh of relief. We hadn’t lost much: just a few fallen trees and posts, and the bus stop next to my house, which was completely destroyed.
Still, being totally cut off left us in uncertainty. We had no idea what had happened in other areas. Slowly, news began to reach us: rivers had overflowed, water had risen to dangerous levels, there were many material losses… and sadly, some human lives lost.
On the second day of recovery, I took my phone and went out to see the damage for myself. I needed to witness it with my own eyes. I walked among fallen branches, tangled cables, and deep puddles, trying to process the impact of everything that had happened. The images spoke for themselves—Melissa had left her mark.
Today, after so many days without electricity, cooking with charcoal, and worrying about losing all the food in the fridge, the power finally came back. Hearing the familiar hum of the refrigerator and seeing the light turn on felt like an act of hope.
Melissa has passed, but it left us with a great lesson: nature can be ruthless, yet it reminds us of the importance of caring for one another, staying united, and being grateful for what we still have.
We are slowly returning to normal life, our hearts tired but thankful. Life goes on—and as long as there’s light, even if it’s just from a candle, there will always be a reason to start again.
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Hola amiga siempre un huracán es algo peligroso, lo más importante la vida pero también es difícil perder las pertenencias. Mis mejores deseos para todos los afectados que se recuperen pronto. Un saludo
Gracias amigo, así es, la vida sobre todo, pero si es verdad que aquí es muy difícil lograr tener cualquier cosa, y perderlo es algo triste, espero pronto mejoremos y que no pase otro ciclón en lo que queda de temporada, un abrazo 🤗
Ohh!! @im-yanizet que bueno saber que a pesar del devastador ciclón por tu región, en tu cuadra sólo hubo algunas arañiles caídos y la parada, me alegra que tú y tu familia estén bien. Gracias por compartir estas imágenes es triste, pero lo bueno es que ya pusieron el flujo electricidad y Internet. Saludos y feliz fin de semana para ti !! 😊🙏🏻
Gracias ☺️, fueron días difíciles y aún hay personas en muy malas condiciones, nosotros nos salvamos porque no teníamos río cerca. Ahí vamos mejorando poco a poco 🙏🏻
Menos mal amiga, demadre !!
Nature fury is unpredictable and only God can control it
You’re absolutely right 🙏🏻