¡Hola querida comunidad! Hoy quiero contarles una costumbre bonita que hemos empezado a practicar en el salón del hospital, y que nos ha cambiado el ritmo de las jornadas: compartir el almuerzo entre todos.

El almuerzo que nos ofrecen en el hospital no es el mejor, y muchas veces, entre tantas horas de pie, pacientes, cirugías y papeles, terminábamos comiendo tarde… o simplemente no comiendo. Pero nuestro cuerpo y mente necesitan energía para seguir rindiendo, así que decidimos organizarnos y hacer algo distinto.

Cada uno aporta su granito de arena: un día yo llevo el arroz, otro alguien trae el plato fuerte, otro las viandas… Y así armamos entre todos un almuerzo colectivo, sencillo pero sabroso, y sobre todo lleno de buena voluntad.

Lo más lindo de todo es que este momento se ha vuelto un espacio para compartir más que comida. Conversamos, nos reímos, respiramos un poco… y nos cuidamos entre nosotros, que también es importante. Porque a veces basta un almuerzo bien hecho y buena compañía para levantar el ánimo y seguir con fuerzas.

En medio del estrés, estos pequeños gestos son los que nos recuerdan que somos un equipo, y también una especie de familia.

English Version

Hello dear community! Today I want to share a beautiful habit we’ve started practicing in the hospital break room, and it has truly changed the rhythm of our days: sharing lunch together.

The lunch provided at the hospital isn’t the best, and many times—after hours on our feet, seeing patients, doing surgeries, and handling paperwork—we’d end up eating late… or not at all. But our bodies and minds need fuel to keep going, so we decided to organize ourselves and do something different.

Each of us contributes a little: one day I bring the rice, someone else brings the main dish, another brings the sides… And just like that, we put together a collective lunch—simple but tasty, and above all, made with care and good intentions.

The most beautiful part is that this moment has become a space to share more than just food. We talk, we laugh, we take a breather… and we look out for each other, which is just as important. Because sometimes, a well-made lunch and good company are all it takes to lift your spirits and keep going strong.

In the midst of stress, these small gestures remind us that we’re a team—and also, in a way, a family.

Source
All the photos are taken and edited by me on Snapseed.
Translated with DeepL.com (free version)

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