Para empezar, he logrado avanzar al cuarto año de Medicina, un paso más en este camino que tanto anhelo. Cada día que paso en la facultad me motiva a seguir adelante, y no puedo evitar sentirme agradecido por cada lección aprendida. Además, mi hermana gemela, la de vestido rojo en la foto, se graduó como Técnico Superior Universitario en Investigación Psicosocial. Estoy increíblemente orgulloso de ella; su dedicación y esfuerzo han dado frutos, y sé que su futuro será brillante.

Este año también ha tenido sus desafíos, pero con gratitud, puedo decir que mi mamá ha pasado por una cirugía de histerectomía y todo salió muy bien gracias a Dios. Verla recuperarse y sonreír nuevamente es un regalo invaluable que atesoro en mi corazón.

En estas fiestas, los invito a reflexionar sobre todas las pequeñas bendiciones que nos regala la vida. A veces, son esos momentos simples los que realmente cuentan y nos llenan de alegría. Ya sea un abrazo, una sonrisa o un logro, cada uno de ellos merece ser celebrado.