Tarde de bowling con final inesperado 🎳

Este fin de semana, dedicamos todo nuestro tiempo a estar juntos y disfrutar al máximo. El viernes, celebramos el cumpleaños de Sophi, y siendo ella la homenajeada, fue la encargada del itinerario. Dentro de los planes incluyó una partida de bowling, retándome a unirme al juego. Tanto ella como Samu me subestimaron al pensar que no me favorecía el final del marcador.

Acepté el desafío y, para darle un toque emocionante, propuse una apuesta. Si ellos ganaban, tendrían el poder de elegir el menú de almuerzo. Pero si yo ganaba, se encargaban de lavar los platos durante la semana. A pesar de que el resultado no les favoreció, secundé su elección y comimos pizza, mucha pizza.

Vamos ingenuos pequeñines, que mamá no empezó a jugar bowling de Bad Bunny para acá. Tendría mucho que contarles sobre mis aventuras en el club de bowling que frecuentábamos durante mis años universitarios. Solíamos ir en grupos para comer, beber y jugar, especialmente los fines de semana.

No puedo culpar a mis hijos por su espíritu competitivo, lo llevan en su ADN, lo heredaron de mí. Me declaro culpable. Sophi siempre quiere ganar, poniendo pasión en cada partida, sin importar el juego. Samu, por otro lado, es aún más competitivo, pero su frustración no le sirvió de mucho en el bowling. En definitiva, no es su fuerte.

De los dos, Sophi fue mi rival más cercana, y a pesar de sus esfuerzos, tuvo que reconocer con dignidad su derrota, porque esta vez, ¡la victoria fue para mamá! 😏

! [ENGLISH VERSION]
This weekend, we dedicated all our time to being together and enjoying to the fullest. On Friday, we celebrated Sophi’s birthday, and since she was the guest of honor, she was in charge of the itinerary. Among the plans, she included a game of bowling, challenging me to join in. Both she and Samu underestimated me, thinking that the final score wouldn’t favor me

I accepted the challenge, and to make it more exciting, I proposed a bet. If they won, they would have the power to choose the lunch menu. But if I won, they would be responsible for washing the dishes during the week. Despite the result not favoring them, I honored their choice, and we had pizza, a lot of pizza.

Come on, little innocents, Mom didn't start bowling from Bad Bunny on. I have a lot to tell you about my adventures at the bowling club we frequented during my college years. We used to go in groups to eat, drink, and play, especially on weekends.

I can’t blame my kids for their competitive spirit; they carry it in their DNA, inherited from me. I plead guilty. Sophi always wants to win, putting passion into every game, no matter what it is. Samu, on the other hand, is even more competitive, but his frustration doesn’t help him much in bowling. In the end, it’s not his strong suit.

Of the two, Sophi was my closest rival, and despite her efforts, she had to gracefully acknowledge her defeat because this time, Mom emerged as the victor! 😏

_{Las fotografías de esta publicación son de mi autoría y propiedad, tomadas con un iPhone 12 Pro Max
The photos in this post are authored and owned by me, taken with an iPhone 12 Pro Max.}

_{The translation of this text has been assisted with the translation tool DeepL.}

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