Dicen que una imagen vale más que mil palabras...

Las fotografías por sí solas también cuentan historias. El enfoque, el ángulo, la edición, el contexto, y más; todo lo que conforma una composición fotográfica está dispuesto precisamente para poder transmitir a través de las imágenes aquello que el fotógrafo logra captar en cada toma. Desde la escenografía, los colores, el formato, hasta en cada elemento que conforma una fotografía, hay una historia o una parte de la historia que pueden ser contada sin la intervención de sonidos o letras. Si bien toda obra de arte termina siendo interpretada según la emocionalidad del espectador, la intencionalidad del autor en lo que desea transmitir siempre se hace presente, y en el arte de la fotografía no podría ser distinto.

Fotografiar es más que un arte, en lo particular lo siento como una terapia en la que las emociones fluyen libremente. Por ejemplo, yo últimamente suelo caminar mucho, por muchas razones; por un lado, el lugar invita a hacerlo, a su vez es una manera de conocer y familiarizarme con la zona; y por el otro, porque es una forma improvisada de combatir el sedentarismo al que ya estaba acostumbrada. Lo cierto, es que en estas caminatas, que hago a cualquier hora del día valga decirlo, voy descubriendo escenas que me cautivan incluso desde su sencillez, escenas que desde mi perspectiva merecen ser fotografiadas, así que teléfono en mano intento inmortalizarlas en lo que procuro sean buenas composiciones.

Como ya he mencionado, cada quien detrás del lente de una cámara descubre lo que a su juicio es una escena perfecta, y ya en postproducción le inyecta la dosis justa de dramatismo. Evidentemente esto varía según el criterio y gustos de cada quien, no todos apreciamos las mismas cosas, algunos descubren belleza que pasan desapercibidas para otros. Particularmente, me decanto por la naturaleza, los animales, los paisajes abiertos, y me he dado cuenta que tengo una especial predilección por los caminos o calles, tal vez porque parecieran apuntar al infinito, y con solo ver las imágenes podría imaginar lo que quizá exista más allá.

No soy crítica de arte, de hecho debo confesar que nunca he sido admiradora de obras artísticas asociadas a la pintura o la escultura... me reconozco ignorante del tema. Sin embargo, la fotografía me despierta un interés especial, y de poco estoy aprendiendo a apreciarla y valorarla con mejor criterio. Para esta publicación he seleccionado algunas fotografías que guardan la esencia de lo que les he comentado: naturaleza, arquitectura, urbanismo, un poco de todo en su justo equilibrio.