Conejo detective apostado a la vuelta de la esquina, paciente observa transcurrir el tiempo inexorable.
Talvez ya descubriste su identidad, aunque vista indumentaria de novela negra. No recuerdo si tiene nombre propio o solamente es el Señor Conejo, esperando a su invitada.
Adivinas su nombre, no despiertan tus memorias infantiles viendo una puerta más pequeña que la ventana, algo debe significar un piso de ajedrezadas baldosas.

No sé si ya lo descubriste, que, mejor dicho: A quién espera el Señor Conejo.
En la siguiente imagen vas a conocer a la persona que él espera, con la seguridad de que está al caer.
Nunca mejor empleada la expresión, para referirse a la llegada de una persona que se espera. Y como es una gran verdad que el que espera, desespera. Emoción que sufro con intensidad, con seguridad más de lo normal, por lo que cuando tengo que hacer trámites o simplemente ir al banco, me preparo con anticipación para enfrentar la insoportable emoción de permanecer en fila. Imposible no sentirme vejado por el sistema, al tratarme como ganado en matadero.
No importa si se trata del banco, el médico o el funcionariado de gobierno. La molestia que me causan es enorme y posiblemente mi actitud tenga algo, o mucho, de patológico. Dejemos eso para otro momento, y volvamos a ver si conocemos a la persona esperada.

Joven, rubia y distraída. Alicia, que asomada al agujero, cayó por él, y la magia del pincel de este artista, suspendió antes de estrellarse en el piso.
Doblé la esquina y busqué si había una continuación o aparecían más personajes, pero no. Al menos, no en los alrededores.

Proseguí mi camino a casa seguro de haber visto y capturado al que puede ser otro personaje del País de Las Maravillas.

No, no se parece el sombrerero, aunque en mi memoria lo asocie con él. Quizás porque me lo encontré en LABITCOF del pasado primero de noviembre y todo lo relacionado con la blockchain me parece magia.
Sin importar las caídas, siguen llegando recompensas como salidas del aire, por arte de birlebirloque o abracadabra de la mano de los estimados curadores.
Vaya a ellos un agradecimiento sin adulación, pues aunque participen del pote, su labor requiere leer con constancia y dedicación, esculcando tantas y tantas publicaciones.
Y antes que se me vayan a aburrir me voy a despedir con la que muy bien pudo ser la Reina de Corazones.

¡Que le corten la cabeza! Gritaba no lejos de allí, entre el humo del cigarrillo, la cerveza y los tacos.

Y este cuento se ha terminado.
Mi labor solo fue pasear e ir atrapando las imágenes de tantos artistas que decoran las fachadas sibaritas de este gran Buenos Aires.

Escrito con las letras de Cervantes, le dejaremos a Google la labor de pasarlo a las de Shakespeare.

Walking with Once Upon a Time

Written in the words of Cervantes, we'll let Google translate it into the words of Shakespeare.

Detective rabbit stationed around the corner, patiently watching time pass inexorably.
Perhaps you have already discovered his identity, although he is dressed in crime novel attire. I don't remember if he has a proper name or if he is just Mr. Rabbit waiting for his guest.
You guess his name, your childhood memories do not awaken when you see a door smaller than the window, a floor of checkered tiles must mean something.

I don't know if you've already discovered it, that, better said: Who is Mr. Rabbit waiting for?
In the following image you will meet the person he is waiting for, with the certainty that he is about to arrive.
The expression has never been better used to refer to the arrival of a person who is expected. And as it is a great truth that he who waits, despairs. Emotion that I suffer intensely, surely more than normal, so when I have to do paperwork or simply go to the bank, I prepare myself in advance to face the unbearable emotion of standing in line. Impossible not to feel humiliated by the system, treating me like cattle in a slaughterhouse.
It doesn't matter if it's the bank, the doctor or the government official. The annoyance they cause me is enormous and possibly my attitude has something or a lot of pathology. Let's leave that for another time, and let's go back to see if we meet the expected person.

Young, blonde and distracted. Alice, who looked into the hole, fell through it and the magic of this artist's brush, suspended before crashing to the floor.
I turned the corner and looked for a continuation or more characters appeared, but no. At least, not in the surroundings.

I continued my way home, certain that I had seen and captured what could be another character from Wonderland.

No, it doesn't look like the Hatter, although in my memory I associate it with him. Maybe because I met him at LABITCOF last November 1st and everything related to blockchain seems like magic to me. Regardless of the falls, rewards keep coming like those that come out of thin air, by magic or abracadabra from the hands of the esteemed curators.
A thank you to them without flattery, because even if they participate in the pot, their work requires constant and dedicated reading, searching through so many publications.
And before I get bored, I'm going to say goodbye with the one who could very well have been the Queen of Hearts.

Off with her head! She shouted not far from there, amidst the cigarette smoke, the beer and the tacos.

And this story is over.
My only job was to walk around and capture the images of so many artists who decorate the sybaritic facades of this great Buenos Aires.