Hello, fellow travelers! Today I'm taking you to Tabay, a charming place in the state of Mérida, Venezuela. Tabay is a small town, capital of the Santos Marquina Municipality, located about 30 minutes northeast of the city of Mérida.

Tabay is a cradle of artisans and the starting point of the Andean páramo tourist route. This place has sentimental value for me, as my husband's family comes from here. Returning there always means meeting many people who somehow leave a positive impression on you. The people are friendly, humble, and very generous. They also have a beautiful way of speaking and are very sociable and charismatic.

Tabay has indigenous origins and, as one of its inhabitants once told me, it means “house of spirits.” I hadn't visited this beautiful land for about two years, until a couple of weeks ago when we had the opportunity to return and enjoy its streets, its climate, and, as I mentioned earlier, its warm and cheerful people.

From home, we have to take two buses, one that took us to the city of Mérida, where the bus stop for this area of the páramo is located. In total, it takes us an hour and a half, including the bus transfer.

We arrived around noon, and when we got off the bus, we were greeted by its beautiful plaza, full of colorful vegetation. This is one of the prettiest plazas I know, and every time I go, it feels like the first time.

The first thing we did was walk around Plaza Bolívar in Tabay, but not before admiring its beautiful church, which is located right in front of it. San Antonio de Padua, as this church is called, is a great architectural gem, rebuilt in 1907 because it was also one of the buildings destroyed in the 1894 earthquake, an earthquake that left its mark on the history of the people of Mérida.

I love its architecture; its façade is simply beautiful and contrasts with its surroundings. The orange color blends perfectly with the yellow and ochre tones, giving it a warm appearance and highlighting every detail.

Its facade is symmetrical and has two towers leading to the bell tower, which adds height and character to the design. On its facade, we find classic Corinthian columns. If you have ever read my posts, you will know that I love to admire this type of architectural feature.

Minutes after we arrived, the doors opened and I was able to see inside. I really liked it because now the white and blue colors give the place a sense of serenity; it feels very peaceful and is also full of art. I hope to return and take more photos of the interior.

After admiring this beautiful church, we enjoyed ourselves with our son in the square, which is not only beautiful but also large, with a radial layout that converges on the monument to the liberator. In this case, as it is a municipal square, the liberator stands on a concrete pedestal, wielding a sword.

The best thing about this square is that it has lots of vegetation, making it an excellent meeting place and recreational area for locals and visitors alike. It has a large number of tall trees, from which hangs gray moss, giving it a more interesting appearance.

The garden is very well maintained and looks harmonious. No matter where you are, everything looks beautiful, providing the perfect backdrop for taking lots of photos to remember your visit.

At the bottom of the square, there is a transport stop. These rustic Toyota vehicles transport people to the surrounding communities belonging to Tabay, several of which are popular tourist destinations, such as Mucuy, for example.

From the square, we can enjoy these Andean streets and their colonial architecture. The streets are picturesque and full of interesting places where you can spend a pleasant time. We walked around these beautiful streets for a while, and some of them left me feeling very curious and eager to return with more time.

Tabay is a great place to visit and enjoy its pleasant climate, its connection with nature, and the essence of its people. After spending time with the family, we said goodbye, promising to return soon and stay a little longer.

If you come to Mérida, don't forget to visit Tabay, you'll love it.

¡Hola, amigos viajeros! Hoy los llevaré a Tabay, un lugar encantador del Estado Mérida, Venezuela. Tabay es una pequeña ciudad, capital del Municipio Santos Marquina, que está situada a unos 30 minutos del noreste de la ciudad de Mérida.

Tabay es cuna de artesanos y el inicio de la ruta turística del páramo andino, este lugar tiene un valor sentimental para mí, la familia de mi esposo es proveniente de este lugar, volver allá siempre significa conocer muchas personas que de alguna manera siempre dejan algo positivo en ti, su gente es amable, humilde y muy generosa, además tienen una manera muy bonita de hablar, son muy sociables y carismáticos.

Tabay tiene un origen indígena y, como me dijo una vez, uno de sus habitantes, significa la casa de los espíritus. Tenía dos años aproximadamente sin visitar esta hermosa tierra, hasta hace un par de semanas que se nos presentó la oportunidad de volver y disfrutar de sus calles, su clima y, como mencioné anteriormente, de su gente cálida y alegre.

Desde casa debemos tomar dos autobuses, uno que nos llevó a la ciudad de Mérida, donde se encuentra la parada de autobuses que van a esta zona del páramo. En total, nos toma una hora y media, entre el transbordo de los autobuses.

Llegamos cerca del mediodía, al bajar del autobús, nos recibió su hermosa plaza, llena de una colorida vegetación. Esta es una de las plazas más lindas que conozco y cada vez que voy, se siente como la primera vez.

Lo primero que hicimos fue recorrer la Plaza Bolívar de Tabay, pero no sin antes admirar su bella iglesia, que se encuentra justo al frente. San Antonio de Padua, así se llama esta iglesia, es una gran joya arquitectónica, reconstruida en 1907 porque esta también fue una de las edificaciones que fueron destruidas en el terremoto de 1894, un terremoto que quedó marcado en la historia de los merideños.

Me encanta su arquitectura, su fachada es simplemente hermosa y contrasta con el entorno que lo rodea. El color naranja combina perfecto con las tonalidades amarillas y ocres, le da un aspecto cálido y resalta cada detalle.

Su fachada es simétrica y tiene dos torres que conducen al campanario que le da altura y carácter al diseño. En su fachada encontramos columnas clásicas de orden corintio. Si alguna vez, has leído mis posts, sabrás que me encanta admirar este tipo de piezas arquitectónicas.

Minutos después de nuestra llegada, sus puertas se abrieron y pude apreciar su interior. Me gustó mucho porque ahora el blanco y azul ofrecen mucha serenidad al lugar, se siente mucha paz y además está llena de arte. Espero volver y tomar más fotos de su interior.

Después de admirar esta bella iglesia disfrutamos con nuestro hijo en la plaza, la plaza además de hermosa es grande, tiene una planta radial que converge en el monumento del libertador, en este caso, por ser una plaza municipal, el libertador se encuentra de pie, empuñando una espada sobre un pedestal de concreto.

Lo mejor de esta plaza, es que tiene mucha vegetación, así que se convierte en un excelente punto de encuentro y de esparcimiento de propios y visitantes. Tiene una gran cantidad de árboles altos, de ellos cuelga esa barba gris, que le da un aspecto más interesante.

El jardín está muy cuidado y luce armónico. No importa en qué punto te encuentres, todo se ve hermoso, el fondo perfecto para tomar muchas fotos para el recuerdo.

En la parte inferior de la plaza, encontramos una parada de transporte. Estos vehículos rústicos Toyota trasladan a las personas a las comunidades aledañas pertenecientes a Tabay, varias de ellas son populares por ser muy turísticas como la Mucuy por ejemplo.

Desde la plaza, podemos disfrutar de estas calles andinas y su arquitectura colonial. Sus calles son pintorescas y con muchos lugares interesantes donde se puede pasar un rato ameno. Caminamos un rato por estas bellas calles, algunas me dejaron mucha curiosidad y ganas de volver con más tiempo.

Tabay es un gran sitio para conocer y disfrutar de su rico clima, su conexión con la naturaleza y la esencia de su gente. Después de compartir con la familia, nos despedimos, con la promesa de volver pronto y quedarnos un poco más de tiempo.

Si vienes a Mérida, no olvides visitar Tabay, que te va a encantar.