Agradecer en medio del caos [ESP | ENG]
A veces hay que parar. Detenerse en medio de todo lo que nos ahoga mentalmente, respirar hondo, y simplemente agradecer. Sonreír aunque no haya un motivo brillante. Porque el caos siempre está ahí: en lo que hacemos, en lo que no resolvemos, en la rutina que nos arrastra sin dejarnos saborear nada. Cumplimos, pero no disfrutamos. Llegamos al final del día exhaustos, y solo entonces nos damos cuenta de que pasamos horas sin vivirlas de verdad.
Quiero agradecer más. Por despertar. Por tener un día, sin importar cómo haya sido. Porque a veces solo veo mi propio brillo cuando rompo la rutina, cuando me permito sentir en lugar de solo hacer.
Por ejemplo cuando voy a comer, lo hago despacio, respeto y disfruto mucho ese instante y solo me enfoco en el sabor, sonrío sin pensarlo. Es ahí cuando digo: "Gracias". Por este día, por lo que tengo, por lo que soy. En fotos como estas, donde me detuve a respirar, siempre hay espacio para los recuerdos que duelen: lo que fallé, lo que perdí, lo que no pude controlar, pero hoy elijo quedarme con esto: este segundo es feliz, es mío, y lo abrazo.
Dios me puso aquí por algo. No quiero olvidarlo. Quiero agradecer aunque sea por una cosa mínima cada día, porque hay jornadas tan grises que parece que no hice nada por mí. Pero ya no me dejo vencer: no me iré a dormir sin haber disfrutado algo, sin haber encontrado, aunque sea en un respiro, un motivo para sonreír.
Gracias. Por esta vida. Por lo que logré y por lo que se escapó de mis manos. Por quien fui, por quien soy, y por quien seré. ¡Qué increíble es poder decir esto y sentirlo!
Sometimes you have to stop. Stop in the midst of everything that is mentally suffocating us, take a deep breath, and simply be grateful. Smile even if there is no obvious reason to. Because chaos is always there: in what we do, in what we don't resolve, in the routine that drags us along without letting us savor anything. We fulfill our duties, but we don't enjoy ourselves. We reach the end of the day exhausted, and only then do we realize that we spent hours without truly living them.
I want to be more grateful. For waking up. For having a day, no matter how it went. Because sometimes I only see my own sparkle when I break the routine, when I allow myself to feel instead of just doing.
For example, when I eat, I do so slowly, respectfully, and enjoy the moment, focusing only on the flavor and smiling without thinking about it. That's when I say, “Thank you.” For this day, for what I have, for who I am. In photos like these, where I stopped to breathe, there is always room for painful memories: what I failed at, what I lost, what I couldn't control, but today I choose to hold on to this: this moment is happy, it is mine, and I embrace it.
God put me here for a reason. I don't want to forget that. I want to be thankful for even the smallest thing every day, because there are days so gray that it seems like I did nothing for myself. But I won't let myself be defeated anymore: I won't go to sleep without having enjoyed something, without having found, even if only in a breath, a reason to smile.
Thank you. For this life. For what I achieved and for what slipped through my fingers. For who I was, for who I am, and for who I will be. How incredible it is to be able to say this and feel it!
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