Una pausa para lo otro

Todos estos días he estado un poco saturado de trabajo. No digo que esté cansado, ni mucho menos estresado, porque a ese enemigo le conozco muchos disfraces y lo detecto a buena distancia. Tengo como herramienta una frase que siempre me alerta de caer en ciertas trampas dónde el ego se rinde como la mosca por la miel, y solo recordar que ese conjunto de palabras existe me lleva a la reflexión y la meditación.

Cuando descubro que ya estoy a punto de pasar la línea de flotación, tomo algunas decisiones para bloquear los excesos, como dejar de realizar cualquier tipo de actividad, simplemente entrar en un estado contemplativo, sentarme, mirar a mi alrededor sin preocuparme, sin analizar, solo contemplar el ambiente que me rodea y bloqueo cualquier instinto de acción.

También puedo poner música de relajación que ya viene diseñada para tal cuestión, nada que tenga que asociar ,valorar o juzgar. Simplemente, sonidos que me adormecen, y otras cuantas cosas, como la de tomar una vara de pescar(caña de pescar) y me voy, preferiblemente para una laguna a pescar y a pasear, y hoy me acordé de aquella frase para mí tan eficaz y convide a un pariente de mi esposa(no se debe estar solo en las lagunas) y concertamos la pesquería para después de almuerzo. Así tenía tiempo suficiente para preparar las artes de pesca.

Que conociste en mi caso en una muda de ropa vieja, un par de zapatos también viejos , y una gorra para la ocasión. Bueno, eso realmente es la indumentaria. Entonces tomo la vara para la pesca: una delgada vara de bambú, que es lo idóneo para la llamada pesca de orilla, le reviso la pita o cordel, le ajusté bien la bolla y revise el plomo y el anzuelo, también arme una vasija para echar las carnadas, en este caso lombrices de tierra, y eso lo solucione con un pozuelito plástico y un pedazo de hilo para ensartar tabaco, Algo que no puede quedarse en una actividad cómo está es la guataca para sacar las lombrices de la tierra.

El pariente de mi esposa vino en su motorina eléctrica, pues antes el traslado era en carro de caballos, pero los animalitos están escaseando con el aumento del hurto y sacrificio en la zona. Ya estamos en camino, pero como nada más lleguemos a la primera laguna, ya estoy metido con el agua hasta la cintura, tuve la precaución de dejar el celular, el testimonio lo haré con algunos bocetos apelando a la memoria ,además de que conozco todas las lagunas y pesqueros de la zona para donde vamos.

Lo principal será la travesía por la carretera de santa María hasta los cuatro caminos, que más que carretera es una hermosa colección de baches de todos los tipos, tamaños, y profundidades, ya después el camino hacia la izquierda, como quien va para Carlos Loriga, es mejor de transitar.

El primer destino para la pesca será la laguna de los Vera, que está a la derecha del camino y que engañosamente se ve como un hermoso espejo de agua azul rodeada de hermosos yerbazales de distintas tonalidades de verde y con un movedizo manto de "Malagueta" también verde con flores lilas. Estas plantas acuáticas se parecen al Lotos en su forma, pero un poco más pequeñas.

Lo que más me ha impresionado de este gran estanque de agua es el reflejo de un impactante grupo de Palmas Cana o como también se le llaman, Palmas Barrigonas, porque en su tronco forma como una barriga parecida a la de las mujeres en gestación cuando las aguas están mansas y tranquilas, pero también impactan cuando por el norte se arman oscuras tempestades y los troncos de las palmeras blanquean el gris para entrar en contraste con el añil de las tempestades. Hermoso espectáculo ante los ojos de un artista.

Con el carro de caballo casi llegábamos hasta el borde de la laguna, pero ahora tenemos que dejar la motorina en una casa pegada casi al camino y de ahí seguir a pie para encontrar un lugar accesible. Porque de lejos todo es hermoso, pero cuando entras ya todo cambio. Los enredos y peligro te acechan en un medio que no es tu medio natural.

Ahora, cuando lleguemos a la laguna, lo primero es tomar la guataca y buscar bajo las palmeras en un lugar ni muy seco ni muy húmedo para sacar las lombrices suficientes ,para una vez dentro del agua no perder tiempo en esa tarea, después, yo haciendo cosas que no hacía cuando joven, entro al agua casi siempre de la cintura un poco para arriba. Mientras el pariente de mi mujer atraviesa nadando parado las partes más profunda buscando buenos pesqueros. Yo me muevo cauteloso por las orillas y alerta a cualquier situación y siento que en definitivas lo único que he hecho es cambiar de estado de tensión en una nueva actividad.

Pero todavía queda la competencia con los peces que también te pueden crear un poco de estrés cuando ves pasar el tiempo y en el morral aún nada hay. ¿Pero siempre queda la buena justificación de que la grande es la que se fue? ¿Cuándo llegas a casa con tres tilapias de círculo infantil y tu mujer te pregunta: que pescaste? Bueno, ahora tenemos carnadas suficientes y vamos entrando al agua. Después les cuento.

Las imágenes utilizadas en el post son de mi propiedad, tomadas con mi móvil Xiaomi Redmi 9A. Textos llevados al Inglés por Deepl Traslate.