Mesita de noche

Agradeciendo con especial interés la invitación de la amiga @chacal.dcymt. He tomado inspiración en su post para escribir sobre el tema de las presencias desde mis experiencias. Ese mismo día había comprado el Redmi 9a, mi nuevo celular, ya tenía actualizadas todas las funciones necesarias y las aplicaciones que más utilizó y reservé todas las emociones para por la noche conectarme con el Ciberespacio. Temprano saque el silloncito de hierro con el fondo y espaldar tapizados con tiras plásticas de las que traen algunos productos para asegurar las cajas de cartón.

Tengo la costumbre de sobremesa de sentarme con las piernas estiradas y apoyadas en la columna en la parte derecha del portal, siempre en penumbras, mientras dentro de la casa los demás miembros de la familia, o ven la televisión o hacen cualquier otra cosa. Ya me había acomodado a mi manera y mi nuevo aparato en la mano izquierda, y cuando estoy activando los datos se me acerca mi esposa y me dice en voz baja, casi en un susurro:

_Yeny hace un par de noches, no puede dormir tranquila, dice que siente, lo mismo dormida que despierta, que alguien se para al lado de la cama, o que se mueven dentro del cuarto.
Yo solo le pregunté:
_ y que reacción siente?
_ Dice que se eriza un poquito y que se le aprieta la cabeza.
_ ¿Y dónde está ahora ella?
_ En el cuarto.
_ Bueno, busca un pretexto y sácala de allí, pero con algo en lo que se demoren un buen tiempo.
_ Está bien, me dice, y se retiró a cumplir el encargo.

Por cierto recorrido en algunas cuestiones que se quedan en la periferia de saber científico y por algunas experiencias en las que he actuado directamente en contra de fuerzas ocultas sobre personas (sobre todo en niños, que son como esponjas y muy susceptibles) animales y plantas, deduje que algún tipo de energía _ que no siempre tienen que ser negativas estaba deambulado dentro de la casa y había escogido aquel cuarto para manifestarse a través de ruidos, sombras, movimientos ilusorios etc.

Así, como mismo se manifiesta la energía eléctrica a través de la luz o el movimiento, también sucede con estas energías sutiles que merodean en el espacio o que permanecen aún apegadas a lo terrenal sin canalizar el rumbo definitivo y se convierten en fuerzas perturbadoras.

_ Ya viene para acá, busca un pretexto para írteme, dice mi mujer. Apagué el celular y me encamine a lo que estime fuese una fácil tarea, o una rutina más.

Entré a la habitación, pequeña y rectangular, con una cama personal en el medio, coincidiendo el espaldar de la cabecera con las ventanas de aluminio. Corrí la cortina que a la vez hace de puerta y poco a poco por el lado derecho de la cama, avanzo lento hacia la mesita de noche, presto a cualquiera señal que sintiera en el cuerpo que delatara la "presencia" de lo sutil, y mientras me acercaba comencé a sentir erizamientos en el rostro que se hicieron más agudos cuando llegue al rincón donde la mesita.de noche.

Comencé el recorrido en sentido contrario y fue desapareciendo la sensación, tomé por el lado opuesto hasta la cabecera y no sucedió nada, ni un leve erizamiento, y deshice el camino y me dije que podía ser una simple sugestión y volví al mismo recorrido hacia la mesita de noche al lado de la cabecera, con el mismo resultado de la vez anterior.

Desde que entré en el cuarto ya estaba poniendo en práctica algunas frases y mantras para disolver energías perturbadoras y cosas similares, pensando que como otras ocasiones salía rápido de la situación. Ahora me dirigí al lugar de máxima manifestación y de pie en el lugar comencé a operar con los recursos que conocía y mientras esto hacía, los erizamientos comenzaron a ser cada más fuerte y a subir hacia los cabellos del cráneo que estaban o me los imaginaba muy parados, y dale con los mantras y los recursos y la fuerza contraria aumentando cada vez más y comencé a sentir la sensación que junto con la cabeza totalmente en aquel estado, algo me alaba fuertemente hacia arriba. Ya el ambiente era muy raro y tenso, y en un momento me sentí perdido, cómo derrotado por aquella fuerza invisible, a punto de ceder, de entregarme, de rendirme.

Y pensando que también entregaba a los demás a aquello que me superaba. Tuve de pronto la impresión de que aquella energía en cualquier momento dejaba el mundo sutil y me encontraría cara a cara con cualquier cosa que fuera, y esa incertidumbre aumentaba la sensación de caos.

Luchaba contra aquello y contra mí, mientras los demás ignoraban la situación; ganas, tuve de pedir ayuda, pero era yo o la fuerza oculta. Con mucho esfuerzo me senté en la cama, y comprendí que aquello era un verdadero reto a mi fe y a las cosas que daba por cierta, y mientras aquello seguía tirando de mí hacia arriba de forma despiadada, tenía la impresión de que la energía estaba muy ofendida y la tomaba con todo contra mí.

Y en el límite de la situación me vino a la mente una frase poderosa de algún gran iniciado, (me reservo la frase y el nombre del iniciado) y cuando la pronuncie tres veces de la manera correcta, las fuerzas opuestas comenzaron a ceder lentamente, pero yo seguía aplicando diferentes métodos hasta que por fin aún en aquel estado de hostigamiento sutil en el que estoy seguro de que la fuerza contraria me veía, pero ella era invisible _ llegó la señal que siempre me dice que el obstáculo fue superado: las lágrimas empezaron a brotar de mis ojos sin la menor sensación de dolor y ni siquiera de ganas de llorar, un estado raro dónde tal parece que las energías derrotadas toman el estado líquido para abandonar el campo de batalla que en definitiva es nuestra propia mente.

Salí del cuarto que considero quedó purificado, me lave los ojos y me integre a la conversación en el portal, tomé mi Remi 9a en mi mano izquierda, active los datos y comencé otra conexión con el universo. Al otro día mi esposa le pregunto a Yeny como había pasado la noche y respondió que había dormido como hacía tiempo, no lograba hacerlo, y así se repitió la pregunta varias mañanas y la misma respuesta, pero jamás se repitió aquella situación.

Solo mi compañera de vida supo que había pasado aquella noche en aquel cuarto cuando corrí la cortina que también hace de puerta, de saberlo los demás, el caos y el miedo hubieran inundado toda la casa. El universo no me ha vuelto a poner una prueba como aquella y espero que no la repita jamás, ni tampoco lo deseo.

Las imágenes utilizadas en el post son de mi propiedad, tomadas con mi móvil Xiaomi Redmi 9A.