Una humilde canción nació del corazón, late por la danza que la habita, canaliza sus tonos de pasión, válida los movimientos con un cuerpo mortal, creando composiciones celestiales, volando hacia la libertad del universo.

Cabalga la vida a través de su danza, es capaz de hacer lo imposible, doma el viento con los hilos de su pelo, transitando en la nueve invisible, disfrutando la adrenalina que se dispara al formar su arte.

La fragilidad se convierte en fuego, la armadura se vuelve transparente, lo efímero se mantiene eterno al mirarla, lo voluble de su práctica vive en su alma constante, derrite las lágrimas de cocodrilo e impacienta al guerrero menos esperado.

Dicta su corazón estridente de alma salvaje.

Fotografía Freddy Pernía @betografo