Las cicatrices son más llevaderas, no arden al ser tocadas, solo molestan para comprender el pasado, no hay tormentas, ni lluvias, solo lecciones de vida, que pasan como brisa fresca, recordando que hay mucho por vivir.

Nuevas aventuras se abren camino, retumban en la constante del alma, liberan las piedras innecesarias, vuelan con facilidad en ventiscas, disfrutando con alevosía las trayectorias llenas de sorpresas, bombeando la vida hacia las realidades llenas de magia incapaces de perecer.

Bofetada sincera aterriza en mi corazón, palpa cada una de mis imperfecciones, disfruta de mi loco amor, lo hecho de menos, su compañía lleva la fuerza de mil soles y la comodidad de un invierno con las mantas llenas de su olor.

Me detalla, no se olvida de ningún gesto, los guarda con cariño, bordea cada una de mis risas mientras yo las pinto en su rostro, nos tratamos desde particulares desconocidas, nos llamamos con las miradas, desprendemos lo común, vas y venimos como las olas y nos arremolinamos entre los versos de nuestras pieles, hasta todos los amaneceres sin retornos.

Fotografía Freddy Pernia @betografo