Hola, querida comunidad de Hive. Hoy quiero contarles un poco sobre quién soy y cómo he llegado hasta aquí. Soy Christy Arvelaiz, una mujer que ha tenido su buena dosis de desafíos y alegrías en esta vida que tanto amo. Y alguien que cree que tiene muchísimo para contar y desarrollar en esta inmensa y fascinante red social y blog que es HIVE.

Mi mayor orgullo es mi pequeña Antho, mi luchadora de 8 años. Criarla y educarla prácticamente sola ha sido un desafío que he enfrentado con amor y determinación. Cada día es un nuevo aprendizaje, y verla crecer me llena de felicidad. Pero, sin lugar a dudas ha sido el reto de mi vida. Y en esto, estoy segura que no estoy sola...

En este momento, estoy en el 9no semestre de Educación Mención Artes Plásticas. El arte y la historia siempre han sido mis pasiones más profundas. Hay algo cautivador en la forma en que la humanidad ha expresado sus pensamientos y emociones a lo largo del tiempo. Cada trazo, cada pincelada, cada obra, cuenta una historia única que resuena a través de las épocas.

Hablando de ser creadores de arte, me sumerjo en la ejecución y la polémica. ¿Qué sería del arte sin un toque de controversia? Esa chispa que despierta conversaciones y nos hace cuestionar las normas establecidas. Es precisamente esa pasión la que me llevó a estudiar Educación Mención Artes Plásticas. No solo quiero crear arte, sino también enseñar a otros a encontrar su voz artística y desafiar sus propias limitaciones.

Pero no todo en la vida es arte y educación. Confieso que tengo una debilidad irresistible por el chocolate y los dulces en general. Es como si cada bocado fuera una pequeña indulgencia de felicidad. No puedo resistirme a un buen postre, y de vez en cuando me permito ese placer sin remordimientos. Un placer culposo, ¿no? Quién no tiene los suyos, ¿cierto?

Además de mi camino en el mundo del arte y la educación, he encontrado una pasión adicional en la repostería. Aunque nunca estudié este oficio de manera formal, he descubierto que se me da de forma natural y auténtica. Me encanta experimentar en la cocina, combinar sabores y crear delicias que hagan sonreír a quienes las prueban. No hay nada como ver cómo algo que creé con mis propias manos puede traer alegría a los demás.

Ah, y si me permiten un pequeño desvío en la conversación, déjenme compartir que soy una amante ferviente de las bondades del placer y el erotismo. ¿Qué sería de la vida sin esas emociones y sensaciones que nos conectan a un nivel más profundo? Pero permítanme ser sutil y mantener el suspenso para futuros posts. Después de todo, cada aspecto de la vida humana es digno de exploración y aprecio.

En fin, esta soy yo: Christy Arvelaiz, una mujer que abraza la resiliencia, la creatividad y las múltiples facetas que conforman su ser. Mi vida es un constante flujo de colores, sabores, emociones y aprendizajes. Gracias por tomar un momento para conocerme un poco mejor. Nos vemos en esta maravillosa comunidad que es Hive.

No puedo evitar maravillarme ante la forma en que mi hija Antho ha crecido y florecido en estos años. A medida que observo su curiosidad incansable y su deseo de aprender sobre el mundo que la rodea, siento una mezcla de orgullo y asombro. Como madre soltera, cada día es un desafío, pero verla descubrir su pasión por la música y la naturaleza me llena de una alegría indescriptible. En sus ojos veo un reflejo de la fuerza que me impulsa a seguir adelante.

Cursar el 9no semestre de Educación Mención Artes Plásticas ha sido un camino de autodescubrimiento. No puedo evitar sonreír al recordar cómo una clase de escultura me hizo darme cuenta de que había encontrado mi verdadera vocación. Cada vez que moldeo el barro entre mis manos, siento que estoy dando forma a mis propias emociones y experiencias. A través del arte, puedo expresar lo inexpresable y compartir una parte de mí que va más allá de las palabras.

Mi amor por el arte y la historia también me ha llevado a explorar los rincones más recónditos de las galerías y museos locales. Cada obra de arte que contemplo me cuenta una historia única y me conecta con la humanidad que ha existido a lo largo de los siglos. Esas historias entrelazadas son como hilos invisibles que nos unen a todos, recordándonos que somos parte de un tejido mucho más grande y complejo.

Siendo honesta, mi debilidad por el chocolate y los dulces es casi legendaria entre mis amigos y familiares. Hay algo mágico en la forma en que un trozo de chocolate puede mejorar instantáneamente mi estado de ánimo. Incluso he experimentado con la creación de postres que fusionan el arte y la repostería, buscando dar vida a mis ideas de manera visual y gustativa. Cada vez que alguien saborea uno de mis pasteles, siento que comparten un pedacito de mi felicidad.

Mientras exploraba mi camino en la repostería amateur, me encontré reflexionando sobre la esencia de la creación. Así como un artista pone su corazón en una obra maestra, yo vi que cada pastel que horneaba llevaba un trocito de mi alma. Aunque nunca fui entrenada en esta disciplina, descubrí que la pasión y la autenticidad pueden ser maestras en sí mismas. Cada repostería que comparto con el mundo es un pequeño recordatorio de que el arte puede tomar muchas formas y expresiones.

Aunque en ocasiones considerados tabú, no puedo evitar admirar cómo estas emociones nos conectan a una experiencia humana profunda y primal. La sensualidad está tejida en cada aspecto de la vida, desde el arte hasta la naturaleza. Como exploradora de la vida en todas sus formas, encuentro inspiración en la forma en que el placer puede manifestarse en el mundo y en nuestras propias vidas, de manera sutil pero innegable. La vida de una mujer es así: amor, trabajo, vanidad, inteligencia, emociones (todas, hasta la ira) y la degustación del placer de vivir la vida. Gracias por leer mi primer post, ¡y casi lo olvido! Un enorme saludo a mi amigo, @dimascastillo90, quién es el gran responsable de que hoy esté aquí.