Revealed Streets / Calles develadas - (Monomad)

The streets of Caracas never lose that syncopated rhythm that characterizes them. Traffic moves to its own beat, seeking the fastest routes that wind through the hills and slopes that define the rugged geography of this irregular valley.

In the midst of all the hustle and bustle, I continue to find my escape on my bike, something that allows me to experience the city in a more sensitive way.

I delve into its streets, breathing with the intensity marked by each pedal stroke. Every red traffic light is an opportunity to capture the vibrant essence that pulses through its torrents of endless movement, becoming the backdrop where pedestrians and shapes become involuntary protagonists.

Each shot is a reflective act towards this city that, despite its aggressive traffic, continues to captivate me with its authenticity in every corner of this amalgamation of buildings and avenues where stories and emotions intertwine as intensely as the sun that bathes its streets in the afternoons.

Love and hate blend in a passionate embrace in this city that dances to the rhythm of the Caribbean. And I, mounted on my bicycle, flow through that duality, seeking the nuances that define it, in a fleeting glimpse of those routes of asphalt and concrete that always have something to offer.

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Español

Calles Develadas

Las calles de Caracas no pierden ese ritmo sincopado que la caracteriza. El tráfico avanza a su propio compás, buscando las rutas más rapidas que van serpenteando entre las cuestas y pendientes que definen la accidentada geografía de este valle irregular.

En medio de ese ajetreo, sigo encontrando mi escape en la bici, algo que me permite vivir la ciudad de otra forma más sensible.

Me adentro por sus calles respirando con la intensidad que marca el pedaleo. Cada semáforo en rojo es una oportunidad para captar la esencia vibrante que late por sus torrentes de Infinito movimiento que se convierte en el marco donde los transeúntes y las formas son los protagonistas involuntarios.

Cada toma es un acto reflexivo hacia esta ciudad que, a pesar de su tráfico agresivo me sigue cautivando con su autenticidad en cada rincón de esa amalgama de edificios y avenidas donde se entrecruzan historias y emociones tan intensas como el sol que baña sus calles por las tardes.

Amor y odio se funden en un abrazo apasionado en esta urbe que baila al son del Caribe. Y yo, montado en mi bicicleta, fluyó por esa dualidad, buscando los matices que la definen, en un vistazo fugaz a esas rutas de asfalto y concreto que siempre tienen algo que ofrecer.