Pirámides de Giza
No se puede explicar con palabras lo que se siente al estar enfrente de esta maravilla.
Es una sensación de asombro que hace que te sientas pequeña, tanto por su imponente tamaño, como por las dudas que surgen sobre cómo pudieron construir estas estructuras arquitectónicas y en una época en la que no se tenía la maquinaria con la que contamos hoy en día.
El pasillo que conduce al interior es bastante estrecho y un poco claustrofobico, ya que hay que andar agachado y el mismo sirve para entrar y para salir, con lo que hay gente en las dos direcciones.
Cuando por fin llegas a la cámara funeraria...la verdad que me dejó un poco decepcionada, creo que por la idea preconcebida que tenía por culpa de las películas. Es una sala pequeña completamente vacía, pero vale la pena vivir la experiencia de estar dentro de esa maravilla.