Campos abandonados

Los antiguos agricultores han envejecido y no hay relevo de gente joven que se quiera dedicar al campo. Bueno, más bien, que pueda dedicarse al campo. Con los precios de las naranjas por los suelos, los propietarios de los campos no pueden pagar a jornaleros para que las recojan, así que resulta imposible vivir de ello.

Como consecuencia de esto, cada vez son más los campos que vemos abandonados, sin ningún tipo de cuidado, con las naranjas sin coger pudriendose sobre la tierra.

Es una verdadera lástima, porque si ésto sigue así dentro de unos años nuestros campos habrán desaparecido y seguramente se conviertan en campos repletos tan sólo de malas hierbas.